ISLAMABAD.- Al menos 30 personas murieron y unas 57 resultaron gravemente heridas hoy en un atentado suicida contra una procesión funeraria chiita y los posteriores disturbios registrados en una ciudad del centro de Pakistán, según fuentes oficiales.
El ataque tuvo lugar esta mañana en la localidad de Dera Ismail Khan, situada en la Provincia de la Frontera Noroeste, cuando unos 1.500 musulmanes chiitas acudían a una mezquita para participar en el funeral de un hombre asesinado ayer.
"Fue un atentado suicida. El agresor se infiltró en una procesión funeraria chiita y se hizo estallar. La policía recuperó su cadáver desfigurado e inició la investigación", declaró por teléfono un portavoz policial en la provincia.
Tras la explosión, decenas de personas enfurecidas atacaron un puesto de control policial cercano, y comenzaron a lanzar piedras y a destruir vehículos en protesta por la supuesta negligencia de la policía en su tarea de protección de la marcha funeraria.
Ardieron propiedades y tuvieron lugar varios tiroteos, lo que llevó a la mayoría de las tiendas y mercados a cerrar sus puertas tras el ataque, y dificultó el traslado de heridos a los hospitales.
De hecho, la cadena "Dawn TV" informó que muchos doctores huyeron de los centros hospitalarios al tener noticia de que la multitud se dirigía enfurecida hacia ellos, aunque más tarde la policía logró que volvieran a sus puestos para atender a los heridos.
En vista de los disturbios, las autoridades ordenaron el despliegue del Ejército paquistaní -con orden de disparar a matar- y decretaron un toque de queda que estará vigente dos o tres días para controlar "la violencia sectaria", declaró el oficial Mohsin Shah al canal "Dawn".
La multitud, según Geo TV, se enfureció por el fracaso de la policía en las tareas de protección de la procesión funeraria, a pesar de que la zona había registrado en el pasado atentados en circunstancias similares, y altercados entre sunitas y chiitas.
El pasado 5 de febrero, 32 personas murieron en un atentado cometido contra otra procesión chiita en la cercana localidad de Dera Ghazi Khan, que también originó protestas de la población contra la pasividad policial.
Y en noviembre de 2008, otras diez personas murieron y 30 resultaron heridas cuando un suicida se hizo estallar en la propia Dera Ismail Khan durante la procesión funeraria de uno de los líderes religiosos de la comunidad chiita.
Tanto el Primer Ministro de Pakistán, Yusuf Razá Guilani, como el Presidente, Asif Alí Zardari, condenaron el atentado de hoy y aseguraron que la amenaza terrorista no logrará doblegar al Estado, según "Geo TV".
El terrorismo ha golpeado sin piedad a Pakistán en los últimos años: sólo en 2008, casi 8.000 personas murieron a consecuencia de la violencia, con más de 2.000 actos terroristas, según datos difundidos el mes pasado por un centro de estudios geoestratégicos.
La Provincia de la Frontera Noroeste es uno de los principales focos de violencia, fundamentada en un potente movimiento integrista que se apoya en las tribus pastunes.
A esta situación de conflicto armado se une el hecho de que en muchas ciudades del noroeste del país tiene lugar una difícil convivencia entre la mayoría sunita y los chiitas, que suponen en torno al 30 por ciento de la población total de Pakistán.
"La historia de esta zona es muy tensa. Es difícil pensar que la situación pueda serenarse rápido", declaró la fuente policial.