LONDRES.- La ex concursante británica de Gran Hermano Jane Goody, enferma de un cáncer cervical y a la que se auguran sólo semanas de vida, no morirá ante las cámaras de televisión.
Eso es al menos lo que promete su agente de relaciones públicas, Max Clifford, uno de los más influyentes del Reino Unido, citado hoy por el diario "The Guardian".
Goody, de 27 años, "tal vez querrá conceder una entrevista a Piers (Morgan, famoso periodista británico) para la cadena ITV y tal vez hacer alguna obra benéfica, pero no más: la telerrealidad sólo puede soportar la realidad hasta un punto", explica Clifford.
La joven británica, que contraerá matrimonio "in extremis" este domingo con Jack Tweed, otro ex concursante de "Gran Hermano" que se encuentra en libertad vigilada por haber golpeado con un palo de golf a un adolescente, vendió a la revista "OK!" la exclusiva de la boda por cerca de 780.000 euros.
A su vez, la emisora Living TV pagó además el equivalente de 110.000 euros por el derecho de retransmisión del enlace, del que se ocupan desde hace varios días con pelos y señales los tabloides de este país.
Clifford reconoce que algunas personas tal vez no se crean ese evento, pero para ella, que está muriéndose, "es muy real, y tal vez sea lo único en que fija ahora su atención. Es algo que le da un enorme placer", pues le permite "seguir disfrutando de la vida en un momento en que es desesperadamente difícil para ella".
El dinero que obtenga Goody de sus últimas apariciones públicas será para asegurar el futuro de los dos hijos pequeños que tiene de una relación anterior, afirmó su agente de relaciones públicas.
El drama personal de la ex concursante de "Gran Hermano" ha alcanzado tal eco entre el público, que el ministro de Justicia, Jack Straw, se ha sentido obligado a intervenir para que el novio, que por orden del juez debe regresar todos los días a su casa materna en Essex, pueda pasar al menos la noche de bodas junto a Goody.
"Jack (Straw) siente enorme simpatía por Jade Goody y su familia. (La joven) está mostrando un valor extraordinario", explicó un portavoz del Ministerio para justificar la medida.
Jade Goody ha anunciado que intentará caminar erguida hasta el altar, renunciando por un momento a su silla de ruedas, con el vestido de novia que, según los tabloides, le regaló el dueño de los almacenes Harrod's, aunque llevará en un bolsito potentes analgésicos para el caso de que no pueda aguantar el dolor.
También ha prometido que irá sin velo para mostrar su cabeza, que la quimioterapia ha dejado sin pelo y que estos días aparece en las portadas de todos los tabloides.
Sobre la enorme publicidad dada al caso, su agente explicó al diario "The Times" que "puede resultar muy difícil de entender para algunos, pero para ella resulta totalmente natural. Los medios de comunicación la han explotado y ella los ha explotado a su vez".
"Parece que funcionó muy bien para ambas partes. Los siete últimos años han sido los más felices de su vida", dijo Clifford.
Hija de un padre adicto a la heroína y dedicado al proxenetismo, Goody tuvo una infancia difícil y cuando en 2002 con 21 años participó por primera vez en "Gran Hermano" acababa de ser expulsada de una vivienda de protección social y estaba amenazada de cárcel por llevar meses sin pagar el alquiler.
Pronto, su desparpajo, combinado con su enorme ignorancia -reconoció no saber, por ejemplo, que se hablase portugués en Portugal- la hicieron muy popular entre cierto público, hasta el punto de convertirse en la estrella de un documental sobre su vida.
Luego participó en otros programas de telerrealidad, escribió una autobiografía, lanzó un perfume y en 2007 volvió ya como famosa a otro "Gran Hermano", en el que se dedicó a proferir insultos contra otra concursante, la actriz india Shilpa Shetty.
Tras el escándalo que produjeron aquellos improperios racistas y para mostrar su arrepentimiento, Goody participó al año siguiente en la versión india de "Gran Hermano" (Big Boss). Cuando llevaba recluida allí sólo dos días, supo que estaba enferma de cáncer.