LA HABANA.- Alejandro Castro Espín, hijo del Presidente cubano Raúl Castro, presentó este sábado en la Feria del Libro de La Habana "Imperio del Terror", un estudio sobre la "naturaleza clasista y el propósito imperial" de la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos a lo largo de los dos últimos siglos.
Ante la presencia de figuras cubanas, como el vicepresidente Esteban Lazo, el ministro de Cultura, Abel Prieto, Fidel Castro Díaz-Balart, hijo de Fidel Castro, el director del Centro de Estudios sobre Estados Unidos, Jorge Hernández, consideró el libro de Alejandro Castro "sumamente oportuno".
Es un "estudio profundo, muy bien documentado (...) cuya esencia da una visión diferente de lo que se ha dicho normalmente de Estados Unidos", dijo Hernández.
Con una temática "de gran actualidad", en la que entre otros temas se analiza el "terrorismo de Estado norteamericano", el libro sale a la luz en medio de una "transformación del sistema de relaciones internacionales en su conjunto bajo los efectos de una crisis global", agregó.
Según declara el autor y coronel del Ministerio del Interior cubano en el prólogo de su libro, éste pretende demostrar "la naturaleza clasista y el propósito imperial de la Doctrina de Seguridad Nacional norteamericana", un ideario, agrega, que "tradicionalmente ha respondido al propósito de satisfacer intereses espurios de la clase dominante estadounidense".
Asimismo, Castro Espín quiere probar que dicha estrategia de Seguridad Nacional en los últimos años "fue formulada por el estamento neoconservador que propició el acceso al poder de George W. Bush mucho antes de que éste aspirara a la Presidencia, y no debido a las nefastas consecuencias y experiencias adquiridas a partir de los cruentos actos terroristas del 11 de septiembre de 2001".
Sobre el nuevo Presidente estadounidense, Barack Obama, el autor considera que "el mundo acogió con moderado optimismo el discurso coherente" del mandatario "sobre la necesidad de cambios en Estados Unidos".
Sin embargo, advierte de que los problemas "no se resuelven con un nombramiento", sino que se requiere "real voluntad política, inteligencia, honestidad y habilidad para poder encontrarles solución".