BEIJING.- La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Rodham Clinton, asistió a la iglesia el domingo luego de hablar con dirigentes chinos sobre la economía y el cambio climático, en lugar de tratar los desacuerdos entre sus gobiernos sobre derechos humanos.
La ceremonia en la Iglesia Cristiana Haidian de Beijing, en la parte occidental de la capital, y un encuentro con mujeres, serán las últimas actividades de Clinton en su visita de una semana a China. Fuentes de seguridad mantuvieron a un pequeño grupo de curiosos lejos de la entrada del recinto.
El sábado, Clinton y el ministro de Relaciones Exteriores Yang Jiechi coincidieron en que un diálogo realizado de manera regular sobre cuestiones económicas incluiría ahora los temas del terrorismo y otras cuestiones de seguridad. Los detalles correrán a cargo de los presidentes Barack Obama y Hu Jintao durante una cumbre económica a realizarse en Londres en abril.
Clinton reconoció las continuas inversiones chinas en bonos del gobierno estadounidense y confió en que los chinos eviten los "errores" en materia ambiental que acompañaron el desarrollo de las naciones occidentales.
La economía china, dependiente de las exportaciones, ha sido afectada por la caída de la economía estadounidense. En ese marco, Clinton buscó en sus encuentros con Hu, Yang y el primer ministro Wen Jiabao el hacerlos sentirse seguros de que las fuertes inversiones en certificados del Tesoro y bonos de deuda de Estados Unidos continuarían siendo un buen negocio.
"Tenemos razones justificables para considerar que Estados Unidos y China se recuperarán y juntos podremos encabezar la recuperación del mundo", dijo durante una conferencia de prensa con Yang. Por su parte, Yang dijo que China quiere que sus reservas en divisa extranjera, las más grandes del mundo -alrededor de 1,95 billones de dólares-, sean invertidas sabiamente. "Estamos listos para continuar dialogando con el lado estadounidense", dijo Yang.
El énfasis de Clinton en la economía mundial, el cambio climático y la seguridad tiene como fin el señalar la creciente importancia de las relaciones entre China y Estados Unidos, muchas veces afectadas por desacuerdos en cuanto a derechos humanos.
Las autoridades en Beijing enfrentan un año lleno de aniversarios importantes: 20 años desde la represión al movimiento democrático de la plaza de Tiananmen y 50 desde el fracasado levantamiento tibetano que forzó al exilio al Dalai Lama.
Grupos de activistas se quejaron el sábado de que la policía china estaba vigilando a los disidentes y que algunos fueron confinados a sus casas durante la visita de dos días de Clinton. Siete de ellos firmaron la denominada "Carta 08", un llamado por los derechos civiles y la reforma política difundido en diciembre, de acuerdo con el grupo Defensores de los Derechos Humanos en China.
Sin embargo, antes de las conversaciones, Clinton dijo abiertamente que los antecedentes del gobierno chino en materia de derechos humanos estarían en gran medida fuera de la mesa de diálogo, en un comentario que conmocionó a los grupos por los derechos humanos e hizo a un lado la acostumbrada etiqueta diplomática.