PAPEETE.- Los arrecifes de coral, que albergan a un tercio de las especies marinas y protegen las costas de los maremotos, están amenazados por el aumento de la acidez de los océanos y las actividades humanas, alertaron científicos reunidos esta semana en el XI Congreso de Ciencias del Pacífico.
El aumento de la acidez es una consecuencia de las crecientes emisiones de CO2 a la atmósfera, parte de la cual se recicla en los océanos. Así, en el agua del mar, el ph -potencial de hidrógeno, una medida para calcular la acidez- ha pasado de 8,2 antes de la revolución industrial a 8,1 en el presente, y podría caer a 7,9 o incluso 7,8 a finales de siglo.
"El problema es particularmente preocupante para los corales, ya que estos organismos con esqueleto calcario van a tener dificultades para calcificarse", declaró Bernard Salvat, especialista en arrecifes de coral que asistió a la XI Congreso de Ciencias del Pacífico, organizado en Papeete, capital de la Polinesia francesa.
El aumento de 2 ó 3 grados centígrados de la temperatura del agua, como ocurre con fenómenos climáticos como "El Niño" que afectó al océano Pacífico, blanquea el coral debido a una ruptura de la asociación con las algas unicelulares que viven en simbiosis.
"Si los problemas de blanqueo son demasiado frecuentes, los arrecifes acaban por extinguirse en determinadas zonas", constató Salvat.
"La incidencia y la gravedad de los fenómenos de blanqueo no han dejado de aumentar en los últimos 20 años", advirtió por su parte Marina Duarte, del Centro Nacional de Océanos de Hawaii (Estados Unidos).
El 40% de los arrecifes de coral, sobre todo en el océano Índico y en el Caribe, están ya más o menos deteriorados, mientras que el 10% se ha perdido. El 50% restante están en peligro de extinción a corto o largo plazo por culpa del calentamiento global.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, los corales eran destruidos por ciclones, pero no como consecuencia de las actividades humanas.
Según un informe de la Iniciativa Internacional por los Arrecifes Coralinos (IRCR) publicado en 2008, "el declive actual de los arrecifes tendrá graves consecuencias para unos 500 millones de personas que dependen directamente de ellos por los recursos que ofrecen", como la pesca o el turismo.
En numerosos lugares como Hawaii, se han perdido arrecifes como consecuencia de los sedimentos de los lagos, que han enterrado los corales. Un fenómeno que sucede en numerosos lugares, por la erosión de los suelos o por la construcción de terraplenes para puertos o aeropuertos.
La destrucción de los arrecifes representa una enorme pérdida de biodiversidad, ya que ellos albergan en torno a un tercio de las especies marinas repartidas por todo el mundo.
"El primer servicio que los arrecifes ofrecen al hombre es la protección del litoral. En Tahiti, por ejemplo, la población no habita en las montañas, sino en el perímetro de la isla. Pero si suprimen los arrecifes, cada tormenta provocará una inundación", aseguró Salvat.
La destrucción de los corales comporta la proliferación de un alga, Gambierdiscus Toxicus, que intoxica los peces. El consumo de peces afectados por esa alga puede provocar vómitos, dolores y modificaciones sensitivas.