CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI inicia el martes su primer viaje a Africa, durante el cual visitará primero Camerún y luego Angola y lanzará un llamado de esperanza, justicia y paz al continente más pobre del planeta.
Pese a las recientes críticas y divisiones dentro del Vaticano por el perdón papal a los obispos integristas, Benedicto XVI inicia un peregrinaje al corazón de unas de las regiones más olvidadas del mundo, agobiada por las enfermedades y las guerras.
Para el undécimo viaje que realiza desde que fue elegido pontífice en 2005, Benedicto XVI escogió dos países emblemáticos: Camerún, con una población formada por 250 etnias y divida entre católicos, musulmanes, animistas y protestantes, y Angola, ex colonia portuguesa, la primera tierra evangelizada hace 500 años por los misioneros católicos.
Los dos países representan tanto las tragedias como las potencialidades de Africa, un continente rico de recursos naturales y a la vez oprimido por las hambrunas y las guerras.
A los católicos africanos, que han aumentado notablemente -3% con respecto a la leve disminución de -0,1% en América-, el Papa quiere subrayarles la fuerza y la vitalidad que han mostrado los creyentes de esas tierras.
La convivencia con las demás religiones, entre ellas el islam, no ha sido fácil en los últimos años y el desafío mayor se plantea frente a las religiones tradicionales y los activos movimientos religiosos pentecostales.
"Con esta visita tengo intención de abrazar idealmente a todo el continente africano: sus mil diferencias y su profunda alma religiosa, sus culturas antiguas y su duro camino hacia el desarrollo y la reconciliación, sus graves problemas, sus doloras heridas y sus enormes potencialidades y esperanzas", declaró el Papa este domingo, en vísperas de su partida.
En la capital de Camerún, Yaunde, Benedicto XVI permanecerá del 17 al 20 de marzo y abrirá simbólicamente el sínodo de Africa al entregar oficialmente a los representantes de los episcopados de los 52 países africanos el llamado "Instrumentum Laboris".
Se trata de un documento que sirve como base para las discusiones que se celebrarán en el Vaticano del 4 al 25 de octubre para establecer la estrategia de la Iglesia en la región.
El Pontífice visitará también un centro de asistencia a enfermos y es posible que desde allí se refiera a uno de las mayores tragedias del continente: la propagación del sida, enfermedad que afecta a 27 millones de africanos, tal como hizo Juan Pablo II en sus 16 viajes a Africa.
La iglesia católica asiste activamente a los contagiados a pesar de las críticas en su contra por prohibir por razones doctrinales el uso de preservativo como método de prevención.
Desde Camerún, el Papa sobrevolará la línea ecuatorial para llegar el 20 de marzo a Angola, una de las naciones más ricas en petróleo y diamantes aunque acosada por la miseria.
La visita a Luanda, la capital angoleña, del 20 al 23 de marzo, representa también un reconocimiento del papel de la iglesia católica angoleña en la reconstrucción del país después de 27 años de guerra civil (1975-2003).
Durante su estadía en Africa, Benedicto XVI se reunirá con los dos mandatarios africanos, Paul Biya en Camerún y José Eduardo dos Santos en Angola y presidirá dos grandes misas masivas en las dos capitales, una el 19 de marzo en el estadio Amadou Ahidjo de Yaundé y la otra el 22 de marzo en la explanada de Cimangola, en Luanda.
En Angola el Papa se reunirá también con los jóvenes y las mujeres, claves para el desarrollo económico del país.
Las celebraciones y misas estarán marcadas por las danzas y los cantos africanos, liturgias que el Pontífice alemán poco conoce.