BEIJING.- Una comisaría fue atacada este domingo temprano en Xining, capital de la provincia de Qinghai, cerca de Tíbet, noroeste de China, y dos policías resultaron heridos, anunció la agencia Nueva China.
La correspondiente investigación está en marcha, agregó la agencia oficial, sin facilitar ningún detalle sobre los hechos. La policía y las autoridades administrativas locales no pudieron ser contactadas por el momento.
Este ataque fue el segundo en ocho días contra una comisaría en esa región. El pasado 21 de marzo, una multitud encolerizada atacó un puesto de policía en Rabgya, ciudad montañosa con buena parte de la población tibetana situada a unos 300 km de Xining, informó entonces Nueva China.
Según la misma fuete, 93 monjes, la mayoría del monasterio de Rabgya, fueron detenidos. Parte de la población de Qinghai es de origen tibetano. Esta provincia y las otras limítrofes con el Tíbet fueron escenario de desórdenes en marzo del año pasado coincidiendo con la conmemoración del 49º aniversario de la insurrección fallida de los tibetanos en Lhassa contra la tutela china.
Este año, China ha reforzado considerablemente la seguridad en el Tíbet y en estas provincias para impedir cualquier conmemoración del 50º aniversario de la insurrección antichina que condujo a la huida del Dalai Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos, exilado en la India.
Las autoridades chinas lanzaron oficialmente este sábado el día anual de la "emancipación de los siervos" para marcar el 50º aniversario del fracaso de un alzamiento antichino en Tíbet.
En 1959, ocho años después de que las tropas chinas "liberaran" el Tíbet, el Gobierno de Beijing se enfrentó con una rebelión de fieles del Dalai Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos, que estalló el 10 de marzo.
Después de aplastar el movimiento, las autoridades chinas anunciaron el 28 de marzo de 1959 la disolución del Gobierno local y la instauración de un comité provisional encargado de preparar el establecimiento de la Región Autónoma del Tíbet, bajo control del Partido Comunista chino.
China sostiene que su intervención en la región himalaya ha permitido acabar con la teocracia budista y liberar a un pueblo reducido a la servidumbre por un 10% de la población en un sistema feudal.
El Dalai Lama, exiliado en el norte de la India, y sus seguidores denuncian desde hace 50 años la opresión política y religiosa que China ejerce en la región.