ZAMBOANGA.- El gobierno de Filipinas declaró hoy el estado de excepción en la isla de Joló (sur) para que el Ejército pueda intervenir en el caso de que Abu Sayyaf cumpla su amenaza de decapitar a uno de los tres trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) secuestrados el 15 de enero pasado.
"Siguen vivos", aseguró el gobernador de la provincia de Joló, Abdusakur Tan, a los periodistas pasado el último plazo que habían dado los secuestradores para que los militares replegasen su tropa en la zona, las 17:00 horas locales (09:00 horas GMT).
Tan añadió que la confirmación de que el suizo Andreas Notter, de 39 años, el italiano Eugenio Vagni, de 62, y la filipina Jean Lacaba, de 37, siguen con vida proviene de un hombre de Abu Sayyaf.
El gobernador de Joló manifestó que ahora se han abierto varias posibilidades, incluida la negociación, aunque insistió en que sigue vigente la política de no pagar dinero.
El propio presidente de la Cruz Roja filipina, el senador Richard Gordon, quien ha rechazado desde el primer día cualquier tipo de extorsión monetaria, hizo hoy una apelación de última hora para que los secuestradores no asesinasen a uno de los rehenes.
Abu Sayyaf ha decapitado en el pasado a varias personas cuando le pareció necesario, y entre todos los casos destaca la muerte del empresario estadounidense de origen peruano Guillermo Sobero, cuyo cadáver fue ofrecido a la Presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, como regalo del Día de la Independencia, el 12 de junio de 2001.
El terrorista Albader Parad, que encabeza este secuestro, dio un ultimátum el 25 de marzo para que se retirasen los militares en una semana o le cortaría la cabeza a uno de los cooperantes del CICR, después de que sus anteriores llamamientos en ese sentido no prosperasen.
Los militares retrocedieron un trecho el sábado pasado, pero rehusaron una retirada completa de la jungla donde se amparan los terroristas.
Desde que comenzó el secuestro, Parad y sus hombres han intentado en al menos dos ocasiones romper el cerco militar, el 9 de febrero y el 16 de marzo.
Los secuestradores, aunque rodeados, no han tenido problemas para recibir a miembros del Gobierno y de la prensa, y mantienen contactos telefónicos regulares con el CICR y los medios de comunicación.
Fundado en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, Abu Sayyaf está vinculado a la organización Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático.
Considerado un grupo terrorista por los gobiernos de Filipinas y Estados Unidos, se le atribuyen los atentados más sangrientos de los últimos años en el archipiélago y múltiples secuestros de locales y extranjeros.