BUENOS AIRES.- El sector agrícola y el Gobierno argentino concluyeron este martes “sin soluciones” su quinta reunión de diálogo en el último mes, durante el cual se ha agravado el conflicto por los impuestos a las exportaciones de granos.
Los dirigentes de las cuatro mayores entidades agrarias del país volvieron a reunirse hoy con la ministra de Producción, Débora Giorgi, y el titular del Interior, Florencio Randazzo, cita en la que los derechos de exportación no fueron tema de diálogo pues el Gobierno se niega a bajarlos.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, dijo que el sector insistirá en promover en el Parlamento el debate de un proyecto presentado por la oposición para modificar los impuestos a las exportaciones de soja, trigo, girasol y maíz.
El dirigente señaló que seguirán “puliendo” la iniciativa y buscando “sumar las voluntades” de más legisladores, luego de que hace dos semanas fracasara el debate del proyecto porque el oficialismo se negó a dar quórum para la discusión.
Biolcati señaló que, aunque el tema de los derechos de exportación quedó de lado en la reunión de hoy, igualmente le plantearon al Gobierno otros “problemas acuciantes” del sector, en particular en la producción de leche y ganado vacuno, para los que los ministros no ofrecieron soluciones, según indicó el dirigente.
Las entidades agrarias se lamentaron de que el Gobierno los reciba en un clima con “sabor a reproche permanente”.
Asimismo, se quejaron de que muchos de los acuerdos “parciales y periféricos” que se anunciaron en las reuniones previas para otorgar mejoras a los productores rurales tienen un grado de “cumplimiento pobre”.
"Por lo menos vamos controlando y tratando de forzar que las pocas cosas que se acordaron, se cumplan”, dijo Biolcati.
Las patronales agrarias concluyeron el viernes pasado la séptima huelga comercial desde que se inició el conflicto con el Gobierno, en marzo de 2008, cuando el Ejecutivo impuso un esquema de impuestos variables a las exportaciones de granos que fue rechazado por el Parlamento, tras lo cual las alícuotas volvieron a ser fijas.
Por esta situación, Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, sufrió el año pasado millonarias pérdidas por las huelgas agropecuarias y los bloqueos de rutas que llevaron a cabo los productores rurales.