NUEVA YORK / TORONTO.- Los padres de una niña de dos meses que sufre una grave enfermedad neurológica decidieron donar su corazón, pero los médicos en Toronto se vieron obligados a suspender el trasplante a último minuto, debido a que el corazón de la niña siguió latiendo pese a haberla desconectado del respirador.
"El bebé donante, el potencial donante, no murió en el plazo establecido y por eso no se realizó la donación", dijo el cirujano jefe James Wright, según publicó hoy el diario canadiense "Toronto Star".
Otra niña de un mes había sido preparada para recibir hoy el corazón. Ayer, los médicos desconectaron el respirador de la potencial donante, Kaylee, pero ésta siguió respirando.
"Evaluamos la situación sobre una base de momento a momento, de día a día", declaró Wright a periodistas frente al hospital. "Pero dado que continuó respirando por sí misma durante toda la noche, no parece que sea una candidata para el trasplante", agregó.
Según las leyes canadienses, el corazón debe dejar de latir durante cinco minutos para declarar muerta a una persona y proceder al trasplante.
Kaylee sufre el síndrome de Joubert, una enfermedad neurológica congénita que implica una malformación del cerebro que impide al afectado respirar por sí mismo, según indicó el periódico.
Los médicos indicaron que no hay esperanza de que se recupere de la malformación, pero cuanto más tiempo siga con vida, tanto más daños podrá sufrir su corazón y ser inadecuado para un trasplante.
Por este motivo, el padre de Kayle, Jason Wallace, no descartó utilizar la vía judicial para obligar al hospital a realizar el trasplante. "Todavía es un corazón bueno. Queremos que lo vuelvan a intentar", dijo.