MOMBASA, Kenia.- La Marina de Estados Unidos rodeó hoy viernes a los piratas que retienen a un rehén norteamericano en un bote salvavidas en el Océano Índico, mientras éstos tratan de conseguir refuerzos para enfrentarlo.
Cuatro piratas secuestraron el miércoles en alta mar un barco del armador danés Alabama Maersk, cuya tripulación estadounidense logró echarlos del buque mercante pese a estar desarmada.
El caso es que los piratas consiguieron quedarse en un bote salvavidas con el capitán, al que la Marina estadounidense y la policía intentan liberar desesperadamente.
Otros barcos estadounidenses se encaminan al lugar donde se encuentra el destructor "Bainbridge" que tomó posiciones durante la noche, afirmaron responsables de defensa.
El "Bainbridge", acompañado por un avión de vigilancia, impedía a los piratas trasladar al rehén a un barco más grande.
"El regreso del capitán, sano y salvo, es la principal prioridad", afirmó el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, en Washington.
Participación del FBI
La Marina recurrió a negociadores de la Oficina Federal de Investigación (FBI) para dirigir las delicadas negociaciones con los piratas.
Según la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el bote de los piratas se quedó "al parecer" sin combustible, una afirmación no confirmada por los militares.
Un jefe de la banda que abordó el barco espera enviar a más piratas para mantener en su poder al rehén.
"Estamos planeando reforzar a nuestros colegas que nos dijeron que se estaba acercando a ellos un barco de guerra y espero que el asunto se resuelva pronto", declaró por teléfono Abdi Garad desde su norteño refugio de Eyl.
"Los vigila de cerca un barco de guerra, creo que nos resultará difícil llegar pronto al área", añadió el comandante, mientras los helicópteros estadounidenses daban vueltas por la zona.
"Pero estamos ultimando los preparativos e intentaremos hacer todo lo que podamos para salvar a nuestros amigos", advirtió.
El último contacto mantenido con el "Alabama" confirmó que el capitán sigue como
rehén "pero estaba ileso", afirmó Kevin Speers, un portavoz de la compañía naviera danesa Maersk.
Entre tanto los militares se hicieron cargo del buque mercante para que llegue a destino, en el puerto keniano de Mombasa, con su cargamento de ayuda para los refugiados africanos, según responsables estadounidenses y de la compañía naviera.
Se cree que es el primer buque mercante estadounidense en ser secuestrado desde comienzos del siglo XIX.
En cualquier caso se trata del último de una serie de secuestros en el océano Índico, una zona vital para el transporte marítimo donde los intrépidos piratas toman al abordaje, en pequeños esquifes, todo tipo de embarcaciones, desde pequeños yates hasta enormes superpetroleros.