ASUNCIÓN.- La policía impidió este viernes que un sacerdote se crucificara en una plaza de la capital paraguaya como protesta “porque los jóvenes no tienen trabajo y el gobierno no encuentra soluciones a los problemas sociales”, dijo el religioso poco antes de que fuese llevado a un hospital.
La plaza Juan de Salazar y Espinoza se encuentra frente al edificio del Parlamento y a unos 100 metros de la catedral metropolitana donde se realizaban los ritos católicos de la Pasión de Jesucristo correspondientes al Viernes Santo.
El sacerdote Ramón Mongelós llegó al lugar con clavos de acero de cuatro pulgadas incrustados en sus manos, y los exhibió ante los periodistas. Cuando sus colaboradores se disponían a acostarlo sobre una cruz de madera, agentes policiales se lo impidieron tomándole de los brazos.
Pese a las heridas, las manos no sangraban, según fotografías exhibidas por la página del diario Ultima Hora en la internet.
Uno de los agentes, sin identificarse, aclaró que tenían órdenes del comandante de la Policía Nacional, comisario Viviano Machado, de no permitir ninguna crucifixión en la plaza.
Mongelós llamó a los periodistas para declarar que estaba con permiso de la Vicaría Castrense, donde presta servicios, “para cumplir numerosas actividades comunitarias con la población pobre” y recordó que en un barrio marginal de Asunción “estuve montado en un carro tirado por caballos vendiendo hortalizas y ayudando a otros vendedores ambulantes”.
“La policía no me dejó crucificarme por los pobres, por aquellos jóvenes que no tienen trabajo y porque el gobierno no encuentra soluciones a los problemas sociales”, comentó.
“Qué lástima que a Jesucristo nadie le impidió ser clavado en la cruz”, se quejó antes de que fuese conducido hasta un hospital en donde le debían retirar los clavos.