LOS ÁNGELES.- El empleado de una farmacia de una clínica al sur de Los Ángeles abrió fuego este jueves en pleno lobby del centro médico donde dejó dos muertos, un herido y se suicidó, confirmó la policía.
El episodio sucedió cerca del mediodía en la clínica Long Beach Medical Center, y tanto fuentes policiales como del hospital indicaron que el sospechoso era empleado de la farmacia del centro médico a quien anunciaron recientemente que iba a ser despedido en junio.
El drama provocó el pánico entre pacientes, visitantes, enfermeros y doctores que, al escuchar los disparos, corrieron a refugiarse en los baños y consultorios más cercanos, narraron varios testigos a los medios locales.
"Fue uno de los empleados de la farmacia el que lo hizo", contó Charity Pérez, esposa de uno de los empleados del hospital.
Esta mujer no podía esconder su sorpresa durante la entrevista con el canal KCAL9, porque tanto ella como sus hijos conocían bien al farmaceuta y lo describió como "un hombre muy simpático y colaborador".
Este tiroteo en un lugar público es el último de una serie de matanzas seguidas de suicidos en Estados Unidos, donde la mayoría de estos ataques han tenido como causa la desesperación por la crisis económica, en particular en personas desempleadas.
