PUERTO ESPAÑA.- El presidente estadounidense, Barack Obama, y sus pares latinoamericanos mostraron este sábado en Trinidad la intención de relanzar su relación sobre las bases del diálogo directo y el respeto mutuo, un deseo que se verá plenamente realizado cuando Cuba sea integrada en estos foros.
En su segundo día en la Quinta Cumbre de las Américas, Obama se reunió con los 12 líderes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), entre los que se encontraban algunos de sus más duros detractores, como el venezolano Hugo Chávez o el boliviano Evo Morales.
Según todos los asistentes, el clima de este primer encuentro cara a cara fue "excelente", "positivo" y "franco". No obstante, pese a este ambiente cordial y distendido, la declaración final de Trinidad, para muchos un termómetro que medirá el éxito o fracaso de esta cumbre, sigue debatiéndose y corre el riesgo de no aprobarse por consenso el domingo a mediodía.
"Todos pudimos hablar (con Obama) y él nos respondió uno a uno. Abrió la posibilidad de un contacto más directo con los países de América del Sur, algo que antes no ocurría", explicó el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, tras la reunión con el mandatario.
Chávez, quien hace algunas semanas llamó a Obama "pobre ignorante", le regaló incluso un ejemplar del libro "Las venas abiertas de América Latina", del uruguayo Eduardo Galeano, dedicado personalmente: "Para Obama con afecto". "Me ha dado mucho gusto saludar al presidente de Estados Unidos: 'I want to be your friend'.
Venezuela quiere ser amigo de Estados Unidos", reiteró Chávez, un día después de que la imagen de su apretón de manos con Obama diera la vuelta al mundo.La cordialidad entre los dos presidentes sorprendió a los más optimistas.