CASTELGANDOLFO.- El papa Benedicto XVI expresó este domingo sus "sinceros deseos de que los delegados presentes en la Conferencia de Ginebra (sobre el racismo) obren juntos, en un espíritu de diálogo y escucha recíproca, por el fin de toda forma de racismo y disriminación".
El jefe de la Iglesia católica consideró que la denominada Conferencia Durban II, que se abrirá en lunes en Suiza, es una "importante iniciativa" para combatir un "deplorable fenómeno".
"Hace falta una acción firme y concreta, a escala nacional e internacional para llegar a eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia", dijo el Papa en la celebración del Angelus en su residencia estival de Castelgandolfo, cerca de Roma.
La declaración de Durban reconoce que "todos los pueblos y todas las personas forman una única familia humana, rica en diversidad", y eso representa "un progreso de la civilización y de la cultura, patrimonios de la humanidad", agregó.
"La Iglesia reafirma que sólo el reconocimiento de la dignidad del hombre creado a imagen de Dios" constituye la base de una sociedad "respetuosa de la persona y de sus derechos fundamentales", sostuvo el Papa.
Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia y Holanda decidieron boicotear la conferencia, por desacuerdos con los enfoques de la declaración final al abordar los temas de la discriminación religiosa, de Israel y de Medio Oriente.