GINEBRA.- Los embajadores de la Unión Europea que escuchaban el discurso del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyat, en la Conferencia Mundial sobre el Racismo de la ONU, abandonaron hoy la sala cuando éste acusó a Israel de racismo.
"Nosotros, como el resto de embajadores, hemos seguido la consigna de la presidencia (checa) de la Unión, que era que en el momento que escuchásemos comentarios no aceptables para Europa abandonaríamos la sala. El presidente ha hablado de un estado racista (en referencia a Israel) y por eso nos hemos ido", explicó en declaraciones a Efe el embajador español ante la ONU, Javier Garrigues.
El diplomático aclaró, no obstante, que el gesto no quiere decir que la Unión abandone la Conferencia."En cuanto el presidente iraní acabe su discurso, volveremos todos a seguir participando normalmente".
Garrigues aclaró, asimismo, que España permanecerá durante toda la Conferencia "a menos que se produjera un hecho realmente grave".
El gesto de los europeos ha sido recibido con aplausos y gritos por una nutrida delegación de participantes judíos que gritaban "vergüenza" y "stop al racismo".
Los activistas se mantenían fuera del recinto de la plenaria, pero aún así los gritos se podían oír desde el exterior.
Nada más iniciar su discurso, Ahmadineyat fue interrumpido por media docena de personas presentes en la sala que le abuchearon "racista, racista".
La Unión Europea -a excepción de Italia, Holanda, Polonia e Alemania, que bloquean la Conferencia- decidió ayer a última hora de la tarde, participar de la Conferencia de Revisión (Durban II) pero no aceptar ningún "abuso" por parte de nadie.
Para la Unión existen ciertas “líneas rojas” que no pueden ser traspasadas y llamar racista al estado de Israel es una de ellas.
El ministro francés de exteriores, Bernard Kouchner, alertó esta mañana de que la Unión Europea había pactado que no se permitiría ningún “derrape” o “provocación,” en particular de Ahmadineyad.