LA HABANA.- El líder cubano Fidel Castro calificó ayer viernes de "digno" y "gesto que impresiona" la petición que hizo al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la sobrina del ex Mandatario John F. Kennedy (1961-1963), Kathleen Kennedy, para que autorice los viajes de norteamericanos a la isla.
"¡Digno artículo de Kathleen Kennedy!", dijo Castro, al referirse al escrito en el que la hija del ex procurador general norteamericano Robert F. Kennedy expresó el deseo de que el Gobierno de Obama adopte la postura de su padre y permita a los estadounidenses viajar libremente a La Habana.
Según documentos norteamericanos desclasificados esta semana y citados por el ex Presidente cubano en su columna, Robert F. Kennedy intentó convencer en diciembre de 1963 a Washington de que levantara la prohibición de viajes a Cuba.
"A tantos años de distancia, llegó la información de un gesto que impresiona", añadió el ex Gobernante, de 82 años, casi tres de ellos alejado de la Presidencia por una enfermedad.
En su comentario publicado en el sitio web oficial Cubadebate, Castro citó amplios fragmentos del trabajo en el que Kathleen Kennedy pidió a Obama tomar en cuenta la postura de Robert Kennedy y que apoye las iniciativas que circulan en el Congreso con la propuesta.
Kathleen Kennedy escribió que, en su próximo paso respecto a Cuba, Obama debía avanzar más allá de permitir los viajes de los cubanoamericanos, que liberó el pasado 13 de abril, y permitir esa posibilidad a los ciudadanos de Estados Unidos.
"Así, la sobrina del Presidente que intentó invadir y derrocar al gobierno revolucionario cubano e imponer el bloqueo (embargo, vigente desde 1962), se suma ahora a un coro cada vez más amplio en favor de revertir esas políticas establecidas hace medio siglo", subrayó un comentario de un periódico, citado por Castro.
La decisión de prohibir los viajes a Cuba, así como la ruptura de relaciones diplomáticas con el régimen de Fidel Castro, fueron tomadas por el Presidente Dwight Eisenhower en enero de 1961, días antes de que John F. Kennedy, hermano de Robert, asumiera el poder.
La prohibición continuó vigente hasta que el presidente Jimmy Carter se negó a prolongarla en 1977. Volvió a aplicarse a partir de la presidencia de Ronald Reagan en 1981.