WASHINGTON.- El secretario del Tesoro Timothy F. Geithner afirmó hoy que las acciones concertadas que han tomado los gobiernos y bancos centrales "están empezando a tener algunos efectos positivos" para sacar al mundo de la crisis económica, un tono de optimismo en medio de diferencias con otros ministros sobre cómo mejorar los recursos del Fondo Monetario Internacional.
"Las informaciones recientes insinúan que el ritmo de declinación en nuestras economías se ha desacelerado y están emergiendo indicios tentativos de una mejoría, en medio de un persistente panorama de debilidad", afirmó Geithner. "Sin embargo, los riesgos de una contracción todavía persisten", agregó.
Geithner formuló el comentario en la sesión del Comité Financiero y Monetario Internacional, el panel que fija las políticas del Fondo Monetario Internacional y que se reunió con motivo de la asamblea de gobernadores que el Fondo está celebrando juntamente con el Banco Mundial en Washington.
Mientras hablaba, decenas de manifestantes protestaron bulliciosamente en las calles aledañas del FMI y Banco Mundial, instituciones a las que atribuyen gran parte de la crisis. Varios de ellos chocaron con la policía cuando intentaron marchar por calles bloqueadas y algunos fueron arrojados al suelo, pero sin mayores consecuencias.
El FMI ha pronosticado que la economía global se contraerá 1,3% en 2009, pero dijo que para el año próximo la actividad económica retornará a terreno positivo, con 1,9%.
El chileno Nicolás Eyzaguirre, director del FMI para América Latina y el Caribe, dijo en la víspera que la recuperación en el hemisferio estaba ocurriendo ya debido a que los bancos regionales no han sido afectados tanto como en el mundo industrializado, donde la recuperación se iniciaría en la segunda mitad de 2010.
El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, sin embargo, tuvo sus dudas. El sábado dijo a reporteros que se trataba solamente de "un comentario" como funcionario del Fondo, y pidió tener en cuenta que "cada país es muy diferente" y está enfrentando la crisis también desde realidades diferentes.
Los países pobres que se reunieron en el G24 dijeron en su comunicado final que la crisis estaba todavía teniendo un "efecto desproporcionado" en las economías emergentes, con precios bajos de las materias primas, una reducción drástica de las exportaciones, menores remesas, flujos privados netos de capital negativos y dificultades en el crédito.
Las naciones industrializadas del G7, en cambio, prometieron realizar esfuerzos para comprometer más recursos financieros a la reactivación de la economía global, pero tenían todavía diferencia con otros países, entre ellos India y Brasil, sobre la forma de mejorar el papel del FMI en la crisis.
Lo que está en disputa es la forma de canalizar el incremento de 1,1 billones de dólares al Fondo y otras instituciones que los presidentes de naciones ricas y pobres acordaron en la cumbre del G20 a comienzos de abril en Londres.
Hablando en la misma sesión que Geithner, el ministro argentino de Economía, Carlos Fernández, pidió "acuerdos técnicos y políticos" para asegurar flujos amplios y flexibles de financiamiento hacia las naciones en desarrollo.