WASHINGTON- Tras una semana de esfuerzos para intentar contener la propagación del virus gripal A(H1N1), el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió de forma inusual a su predecesor por preparar al país para una pandemia de gripe.
"Gracias al trabajo de la última administración y el Congreso (...) los estados y el gobierno federal tienen planes plenamente operables y listos para la influenza y están mejor preparados para menajar un desafío así que nunca antes", afirmó Obama en su discurso semanal.
Este gesto de desmarca de las posturas de su gobierno demócrata, que hasta ahora ha ido desde enero desmontando sistemáticamente las posturas del republicano George W. Bush, como ha sido el caso de Guantánamo, Cuba, Irán, Venezuela, las torturas o las células madre, entre otros asuntos.
El epicentro de esta atípica gripe, con casi 400 casos confirmados y 16 muertes, está localizado en México, pero Estados Unidos es el segundo país con la mayor cifra de contagios: 141 casos. Además ya se ha registrado la primera muerte.
Otros doce países han confirmado una cifra considerablemente menor de casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su discurso semanal Obama advirtió que el virus gripal A(H1N1) era diferente porque "está transmitiéndose de humano a humano" y "todavía no hemos desarrollado una inmunidad para él".
"Eso crea el potencial para una pandemia, razón por la cual estamos actuando rápida y agresivamente", dijo.
La responsable de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, dijo el viernes que podría tardar entre seis y siete meses para desarrollar una vacuna.
Entretanto, el presidente se sumó a las voces que recomiendan más higiene para evitar el contagio: "Lave sus manos a menudo; cúbrase la boca cuando tosa; quédese en casa y no vaya al trabajo si está enfermo y no lleve a sus hijos a la escuela si están enfermos".
Tras el SARS (el síndrome respiratorio agudo y severo) en 2003, el gobierno de Bush puso en marcha un plan de coordinación nacional e internacional para aprovisionarse de medicamentos básicos.
Estados Unidos tiene 50 millones de dosis de medicinas antivirales y ha distribuido una cuarta parte entre los 19 estados con casos confirmados. Además ha pedido 13 millones de dosis más, según fuentes del gobierno.
Algunos estados tienen 23 millones de dosis adicionales y el gobierno federal enviará 400.000 dosis a México.