CIUDAD DE MÉXICO.- La temida influenza humana, anteriormente conocida como gripe porcina, está en "su fase de descenso" en México, según el ministro de Salud de ese país, José Angel Córdova.
"La evolución de la epidemia se encuentra ahora en su fase de descenso; el pico a nivel nacional se ha dado en los últimos días entre el 23 y el 28 de abril", afirmó la autoridad, aunque exhortó a "no bajar la guardia".
Al respecto, Córdova indicó que los ingresos a los hospitales mexicanos "han ido disminuyendo" en los últimos días, pero sostuvo que no se descarta la posibilidad de un "rebrote" de la epidemia.
"Tenemos que cuadrar toda la información, pero es la apreciación preliminar que tenemos", dijo en referencia a la fase descendente de la enfermedad.
No obstante, consideró "muy difícil decir que ya pasó el peligro" de una propagación exponencial, porque esta situación es "inédita".
De acuerdo a lo informado por el ministro, los casos totales de gripe porcina en México ascendieron de 473 a 506, mientras que las víctimas fatales siguen siendo 19. En ese sentido, destacó que existen 487 personas con vida.
Críticas de la OMS
En una rueda de prensa, Córdova rechazó que el Gobierno mexicano haya desoído alertas tempranas del virus A-H1N1 lanzadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como escribió un diario local.
"No hay nada que se haya escondido y sí suficientes elementos de que México actuó rápido", aseveró, al tiempo que manifestó que el virus mostró ser "susceptible" a los antivirales como tamiflú y que "las medidas preventivas parecen haber contribuido a frenar la epidemia".
En esa línea, agregó que "si no se hubieran tomado medidas como las actuales" la situación habría empeorado.
El funcionario señaló además que "lo más seguro" es que el lunes el Gobierno tome la decisión sobre el levantamiento de las restricciones que rigen sobre muchas actividades públicas.
Las clases en todos los niveles están suspendidas, los cines, teatros y museos permanecen cerrados, y el fútbol se juega a puerta cerrada, mientras en la superpoblada capital del país, epicentro de la epidemia, también están cerrados los bares, restaurantes y centros de diversión.