MANADO, Indonesia. - Seis países del sudeste asiático se comprometieron en la Conferencia Mundial sobre los Océanos a salvaguardar el "Triángulo de Coral", una inmensa zona conocida como el "Amazonas Marino" porque concentra la mayor diversidad de especies marinas del mundo.
Como otros espacios marinos, el ecosistema de esta región indo-pacífica, que va desde Malasia hasta las islas Salomon, está gravemente amenazado por el calentamiento del planeta, la polución y la sobreexplotación de los recursos.
El riesgo es particularmente elevado para la principal riqueza ecológica del Triángulo, sus arrecifes de coral.
"El Triángulo sólo representa el 1% de la superficie de la Tierra pero concentra el 30% de los arrecifes de coral, el 76% de las especies de coral y más del 35% de las especies de peces que viven" en estos arrecifes, según la Iniciativa del Triángulo de Coral, una asociación de seis países -Indonesia, Filipinas, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y las Islas Salomon- creada en 2007.
"Podemos comparar la riqueza de esta biodiversidad marina con la terrestre del Amazonas", afirma Abdul Halim, de la ONG estadounidense Nature Conservacy.
Pero si no se toman medidas urgentes, "los arrecifes de coral habrán desaparecido en el Triángulo de Coral antes de finales de este siglo", advirtió la ONG World Wildlife Fund (WWF) en un estudio presentado el miércoles en la Conferencia Mundial sobre los Océanos que se celebra en Manado (Indonesia).
El impacto de tal desaparición sería considerable para los 100 millones de personas que viven de los recursos marinos en las costas de los seis países del Triángulo de Coral.
Eso provocaría "un aumento de la pobreza, un empeoramiento de la seguridad alimentaria (...) y el desplazamiento de millones de personas desde las costas hacia los centros urbanos" o a los países desarrollados de la región, como Australia o Nueva Zelanda, advirtió el profesor australiano Ove Hoegh-Guldberg, que realizó el estudio para WWF.
Otros informes demostraron recientemente que los arrecifes de coral, particularmente sensibles a la acidificación del agua y al aumento de la temperatura debido al cambio climático y al fenómeno de El Niño, se degradan en todos los océanos.
Para el WWF, la protección de esas zonas dependerá en gran medida del compromiso que tomen todos los países para reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero en la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en diciembre en Copenhague.
Los seis países de la región se comprometieron en Manado a reducir la presión provocada por las actividades humanas en los arrecifes, ya sea la pesca con explosivos y arsénico o la contaminación procedente de la tierra.
El cambio climático preocupa también a los pequeños Estados insulares que en Manado exhortaron a los países industrializados a luchar contra ese fenómeno, que provoca un aumento del nivel del mar, amenaza su existencia y podría provocar el éxodo de millones de personas.
La Alianza de Pequeños Estado Insulares reclama una reducción del 85% de las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2050, una cifra muy superior a los compromisos anunciados hasta ahora por los principales países emisores de estos gases, responsables del calentamiento del planeta.
La Conferencia de Manado reúne hasta el viernes a unos 1.500 participantes, entre representantes de 70 países, de Naciones Unidas, de ONGs y de la prensa.