SRI LANKA.- El único hospital en funcionamiento en la zona de guerra del norte de Sri Lanka fue bombardeado el miércoles por segunda vez en dos días en un ataque de artillería que causó la muerte a unas 50 personas, dijo un médico que es funcionario de salud.
El doctor Thurairaja Varatharajah dijo que el ataque ocurrió el miércoles por la tarde, cuando dos obuses cayeron en el hospital en la zona de guerra. Varatharajah es la máxima autoridad de salud gubernamental en la zona de conflicto.
Los militares han negado el uso de artillería pesada en semanas recientes en momentos en que intensifican una ofensiva contra los rebeldes Tigres del Tamil, pese a que grupos de derechos humanos y funcionarios internacionales han afirmado que el gobierno continúa con sus ataques de artillería.
El área que rodea al hospital fue atacado con proyectiles de artillería pesada aproximadamente a la 1 de la tarde del miércoles, dijo a su vez el doctor V. Shanmugarajah a The Associated Press en declaraciones telefónicas.
Dijo que entre los muertos había un socorrista voluntario y decenas de heridos. Un proyectil cayó en la oficina administrativa mientras que otro dio en una sala colmada de pacientes, heridos en previos ataques, agregó.
El martes, la unidad de admisiones del hospital fue dañada por una andanada de proyectiles de mortero y murieron 49 pacientes y algunos transeúntes, dijeron funcionarios de salud.
Seevaratnam Puleedevan, vocero de los rebeldes, dijo que otro bombardeo cayó en una vivienda de mujeres inválidas, donde murieron 38 y otras 40 fueron heridas. Los funcionarios de salud dijeron que no pudieron confirmar el ataque.
El gobierno ha sido criticado a nivel internacional por el gran número de víctimas que han cobrado entre la población civil en su ofensiva contra los Tigres del Tamil.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, describió la zona de conflicto “como un lugar muy parecido al infierno” y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Rodham Clinton, expresó alarma por las víctimas civiles.
Fotografías tomadas por satélite y versiones de testigos indican que el gobierno ha continuado bombardeando la zona, pese a que lo ha negado.