WASHINGTON.- Monseñor William A. Kerr, una destacada figura en la defensa de los derechos humanos, a quien acudió el asesino en serie Ted Bundy para recibir su consejo espiritual mientras esperaba la ejecución, falleció este miércoles, a la edad de 68 años.
Kerr fue hospitalizado el 3 de mayo, luego de sufrir un infarto cerebral cuando terminaba de oficiar una misa.
“Monseñor Kerr viajó por todo el planeta, inspirando vidas en todos lados, mientras trabajaba para construir un mundo más pacífico”, dijo el presidente de la Universidad Estatal de la Florida, T.K. Wetherell, al anunciar el deceso. “El mundo ha perdido a un auténtico visionario”.
En 1978, Kerr dio la extremaunción a una mujer asesinada a golpes en su residencia estudiantil, cerca de la universidad. El asesino fue Bundy, quien después recurrió al cura para recibir consejo.
La última vez que Kerr habló con Bundy fue dos días antes de la ejecución del asesino en la silla eléctrica en la Florida, en enero de 1989.
Ya fuera visitando a los refugiados en Ruanda o Bosnia, o compartiendo la cena de Acción de Gracias con su viejo amigo Roger Staubach (el ex quarterback de los Cowboys de Dallas), Kerr iluminó varias vidas, dijeron sus amigos.
Una vez, Staubach dijo que si había alguien que pudiera resolver las diferencias entre los israelíes y los palestinos, él diría que esa persona era Kerr.
Entre otros amigos de Kerr figuraba el vicepresidente Joe Biden. Ambos se conocieron por casualidad afuera de la oficina de Biden en el Senado, hace más de 30 años, y comenzaron una conversación duradera sobre fe y política.
La carrera de Kerr lo llevó de una parroquia en su natal San Luis a cargos como la presidencia de La Roche College, cerca de Pittsburgh, vicepresidente de la Catholic University y director ejecutivo del Centro Cultural Papa Juan Pablo II en Washington, D.C.
