Hoy es el último día de la gira de Benedicto XVI por Tierra Santa. El Pontífice regresa mañana al Vaticano.
REUTERSNAZARETH.- El Papa Benedicto XVI saludó hoy a decenas de miles de feligreses en Nazareth, la ciudad donde según la tradición cristiana Jesucristo vivió su infancia, con un mensaje de reconciliación en el que instó a cristianos y musulmanes de la región a superar los enfrentamientos recientes, y "rechazar el poder destructor del odio y del prejuicio".
El Sumo Pontífice ofreció su mensaje en la cuarta jornada de su viaje de cinco días por Israel y los territorios palestinos, en el que busca promover la paz y la unidad en Medio Oriente.
En su visita, sin embargo, ha debido enfrentar los temas más sensibles de la región: el legado del Holocausto, el sufrimiento palestino bajo la ocupación israelí, y las frágiles relaciones del catolicismo con judíos y musulmanes.
A media tarde (local) de hoy, el Papa tuvo una reunión muy esperada con el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el día después de que el Pontífice pidió en Cisjordania la creación de un Estado palestino independiente. Netanyahu se ha negado a apoyar esa idea.
Los reporteros que cubrían el encuentro debieron dejar la sala cuando los dos líderes aún parecían intercambiar cortesías. Antes de la reunión, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que ésta sería clave porque "el contacto personal siempre es muy importante".
La elección de Nazareth -lugar de varios de los principales sitios sagrados del cristianismo- como sede de la misa más concurrida que ha celebrado el Papa en su visita, fue simbólica de las fricciones que busca suavizar.
Ubicada en la región de Galilea, en el norte de Israel, Nazareth es la ciudad árabe más grande del país: casi dos terceras partes de sus 65.000 habitantes son musulmanes y el otro tercio son cristianos. Las dos comunidades tienden a llevarse bien, pero suelen tener conflictos esporádicos.
A principios de esta década, activistas musulmanes enfurecieron a los cristianos al construir una mezquita no autorizada junto a la Basílica de la Anunciación. El gobierno israelí después la derribó. Activistas musulmanes también han marchado por la ciudad para intimidar a los cristianos.
En su homilía, el Papa habló sobre las tensiones interreligiosas.
"Hago un llamado urgente a las personas de buena voluntad de ambas comunidades a reparar el daño que se ha hecho y que, fielmente a nuestra creencia común en un solo Dios, el padre de la familia humana, trabajemos para construir puentes y encontrar el camino a una coexistencia pacífica", dijo.
"Rechacemos todos el poder destructivo del odio y del prejuicio, que asesina el alma de los hombres antes de matar sus cuerpos", agregó.
Su sermón abordó algunos de los temas principales de este viaje, que el día anterior lo llevó a la localidad cisjordana de Belén, el lugar donde según la tradición cristiana nació Jesucristo. Allí, Benedicto XVI hizo un llamado para el establecimiento de un Estado independiente palestino.
El vocero Lombardi dijo que el Pontífice estaba "muy feliz" con su visita y que "todas las reuniones importantes fueron muy positivas". Agregó que la meta principal era "paz, paz, paz".
El Papa regresa mañana al Vaticano.