ESTAMBUL.- Siete militantes del ilegal grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y un miembro de la Guardia Rural murieron en un combate en el sudeste de Turquía, informó hoy la agencia estatal Anadolu citando fuentes militares.
El combate ocurrió ayer, viernes, en un área montañosa de casi 2 mil metros de altura del distrito de Eruh, en la provincia suroriental de Siirt, cercana a Irak.
Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía, la refriega comenzó cuando una patrulla de la Guardia Rural, un cuerpo paramilitar kurdo a las órdenes del Ejército, avistó un comando de militantes del PKK.
En el primer intercambio de disparos murieron dos rebeldes kurdos y un guarda rural, y fue herido otro miembro del cuerpo paramilitar.
Los guardas rurales aniquilaron al grupo y se incautaron de un importante número de armas, explosivos y documentos de la organización kurda, considerada terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
El PKK se levantó en armas en 1984 para reivindicar la independencia de los 12 millones de kurdos que viven en Turquía y, desde entonces, en una guerra no declarada entre los rebeldes kurdos y el Ejército turco, han muerto más de 44.000 personas.
En una reciente entrevista con un diario turco, el actual jefe del PKK, Murat Karayilan, declaró que su organización ya no busca la independencia del pueblo kurdo, sino que se respeten sus derechos culturales y se reconozca su identidad étnica, y pidió un proceso dialogado para poner fin al conflicto.
Otros políticos turcos, incluidos los 20 diputados nacionalistas kurdos presentes en el parlamento de Ankara, también se han pronunciado en estos términos.
Tras la matanza de 44 personas en un pueblo kurdo de la provincia suroriental de Mardin el 4 de mayo en un incidente en el que estuvieron implicados guardias rurales, el presidente de Turquía, Abdullah Gül, reconoció que el tema kurdo es el “problema más importante de Turquía” y dijo que se producirán progresos en breve.