Diez detenidos en China por maltratar y esclavizar a enfermos mentales

BEIJING.- Diez personas fueron detenidas por maltratar y esclavizar a enfermos mentales en fábricas de ladrillos del este de China, informa hoy la agencia oficial Xinhua, dos años después de que casos similares causaran una gran conmoción en el país asiático.

Las detenciones se llevaron a cabo en varias redadas policiales en la localidad de Jieshou, de la provincia oriental de Anhui, en las que también se rescató a 32 esclavos.

"Todos (los rescatados) presentan problemas mentales y tienen entre 25 y 45 años. Muy pocos de ellos pueden decir de dónde proceden", destacó Gao Jie, director del Buró de Seguridad Pública de Jieshou, al informar de las redadas, que se produjeron el 28 de abril pasado.

Una docena de los rescatados ha regresado a sus hogares, mientras que aquellos que todavía no han sido identificados están en un refugio de acogida en la localidad.

Al parecer, algunos de ellos son de otras provincias del centro y este de China, entre ellas Henan, la misma de la que procedían algunos de los "esclavos del ladrillo" en el escándalo de 2007.

Algunos presentaban signos de violencia y trabajaban diez horas al día sin remuneración.

La policía investiga el incidente, en busca de otras posibles fábricas donde también se practiquen trabajos forzados.

El caso recuerda al que estalló en China en la primavera de 2007, cuando se descubrieron fábricas de ladrillos en la provincia de Shanxi (norte) en los que se empleaba a cientos de niños y enfermos mentales como esclavos, y al menos uno de ellos murió por los maltratos sufridos al intentar escapar.

Más de 1.300 esclavos fueron rescatados en aquel caso, mientras que uno de los jefes de la red fue condenado a muerte, otros 28 recibieron distintas penas de prisión y 95 políticos recibieron sanciones.

El escándalo, uno de los más sonados en la China contemporánea, se destapó cuando 400 padres de la provincia de Henan pidieron ayuda en Internet para localizar a sus hijos, después de que estos fueran secuestrados y vendidos como esclavos en los hornos de Shanxi.