MADRID.- Las autoridades cubanas han trasladado una queja diplomática al ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, porque acusan a la embajada española y en particular a los agentes del servicio secreto CNI de injerencia en la política de la isla, señala hoy el periódico "El País".
El jueves se informó que Cuba había expulsado a cuatro agentes del CNI, aunque éste lo niega y afirma que decidió retirar "temporalmente" a algunos de ellos para informar a sus superiores sobre la situación.
También fuentes del Ministerio de Defensa dijeron que a ninguno de los agentes se le retiró la acreditación diplomática. Su marcha temporal persigue relajar la actual tensión y evitar una expulsión, según el periódico.
El origen de la crisis se remonta a la detención, el pasado 14 de febrero, de Conrado Hernández, un ciudadano cubano que desde hace una década representaba en la isla a la Sociedad de Promoción y Reconversión Industrial (SPRI), propiedad del Gobierno vasco.
Hernández era amigo del vicepresidente Carlos Lage y del ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque, que fueron abruptamente destituidos el 2 de marzo. Fidel Castro les acusó de desempeñar un "papel indigno" y agregó: "El enemigo se llenó de ilusiones con ellos", recuerda "El País".
"The New York Times" publicó en abril, citando fuentes oficiales cubanas, que Hernández grababa sus encuentros con altos funcionarios del régimen y pasaba las cintas a agentes del espionaje español. En una reunión a principios de febrero en la casa de campo de Hernández en Matanzas, Lage y Pérez Roque habrían hecho bromas de mal gusto sobre la edad de Fidel y la capacidad política de Raúl, lo que al parecer causó su caída en desgracia.
Moratinos convocó al embajador español en Cuba, Manuel Cacho, quien el domingo viajó a Madrid y el jueves estaba ya de vuelta en La Habana. Fuentes de Exteriores admitieron el viaje de Cacho a Madrid, aunque lo atribuyeron a "motivos personales" y agregaron que pasó a "saludar" a Moratinos. ste, por su parte, restó importancia al asunto y afirmó que "las relaciones entre Cuba y España son positivas, normales y no hay ningún tipo de cambio".