MONTECASSINO.- El Papa Benedicto XVI, al visitar la escena de una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, rezó el domingo por el fin de los conflictos en el mundo.
El Papa celebró una misa para miles de personas al pie de la abadía benedictina de Montecassino, que fue destruida en 1944 por bombas de los aliados y posteriormente reconstruida.
"En este lugar, donde tantos perdieron sus vidas en las batallas que se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial, oramos especialmente por las almas de los caídos, y los encomendamos a la infinita misericordia de Dios, y oramos por un fin de las guerras que continúan afligiendo a nuestro mundo", dijo al final de la misa.
La abadía fue fundada por San Benedicto, cuyo nombre tomó el ex cardenal Joseph Ratzinger cuando fue elegido Papa en el 2005.
La batalla de Montecassino, también conocida como La Batalla por Roma, fue una de las más complejas y sangrientas de la Segunda Guerra Mundial.
Tuvo una duración cercana a los cuatro meses a inicios de 1944, cuando fuerzas aliadas trataron de penetrar la Línea Gustav de Alemania para tomar Roma.
Decenas de miles de soldados murieron antes de que los aliados rompieran la línea y capturaran la capital italiana mientras los alemanes retrocedían al norte.
En su sermón, el Papa dijo que los cementerios militares que marcan el área fueron "testigos silenciosos" del sufrimiento.
La batalla destruyó la enorme abadía sobre una colina por bombardeos aliados el 15 de febrero de 19 44. Los aliados creyeron erróneamente que los alemanes estaban usando el lugar, fundado por San Benedicto alrededor del año 529.
El monasterio estuvo allí durante cerca de 700 años. Llevó más de una década reconstruirlo después de la guerra.