LONDRES.- Una británica de 66 años dio a luz a un niño tras someterse a un tratamiento de fertilización asistida, nacimiento que desató una fuerte polémica sobre las implicaciones éticas y morales de la maternidad en la vejez.
La empresaria divorciada Elizabeth Adeney y su hijo recién nacido, que pesa 2,35 kilos, están "muy bien" en el hospital Addenbrooke de Cambridge, informaron fuentes allegadas.
El niño nació el martes por cesárea.
El nacimiento, que estaba programado para ayer, fue adelantado un día por complicaciones de salud de la madre.
Adeney se convirtió en la mamá más anciana en la historia de Gran Bretaña, superando por cuatro años a Patti Farrant, quien tuvo en 2006 a su hijo Jude a los 62 años.
"Lizzie está absolutamente feliz. Esto es algo que ella pensó que nunca pasaría. No ve la hora de regresar a casa y comenzar su nueva vida con su hijo", afirmó un amigo de Adeney.
La mujer se sometió a un tratamiento de fertilización asistida en Ucrania, pues las clínicas británicas se negaron a ofrecerle ese procedimiento por tener más de 50 años.
El caso generó un fuerte debate sobre las implicaciones de la maternidad en mujeres ancianas, posible tras los avances de la ciencia. La polémica considera que Adeney tendrá casi 80 años cuando su hijo sea adolescente.
La empresaria multimillonaria se había sometido a un tratamiento de fertilización asistida hace dos décadas durante su corto matrimonio con Robert Adeney, actualmente de 71 años, pero ese procedimiento falló por complicaciones médicas.
Según fuentes allegadas a la mujer, el matrimonio de los Adeney terminó por no haber tenido hijos.
"No es la edad física lo importante. Es cómo me siento por dentro. Algunos días me siento de 39 años. Otros, de 56", se justificó Adeney tras ser preguntada por su decisión.
La mujer siguió trabajando en la empresa de plásticos y textiles Delmore Ltd., en la localidad inglesa de Suffolk, donde ocupa el cargo de gerente, hasta pocos días antes de dar a luz.
Según cifras oficiales, el creciente número de mujeres que demoran su maternidad ha sido vinculado a una explosión en el índice de bebés con bajo peso, que tienen más posibilidades de problemas de desarrollo.
Gran Bretaña cuenta con el segundo peor índice de casos de bebés con peso insuficiente en Europa Occidental.
En 2006, 78 de cada 1.000 bebés pesaron al nacer menos de 2,5 kilogramos, comparado con 67 en 1999.
Además, los nacimientos de madres de más de 45 años de edad se duplicaron en una década a más de 1.100 al año.