WASHINGTON.- Estados Unidos anunció este domingo que el constructor de automóviles General Motors se declarará el lunes en bancarrota, abriendo un proceso judicial que se extenderá entre 60 y 90 días y que implica además el cierre de once de sus plantas fabriles.
Una nueva sociedad será creada para retomar los activos más rentables del grupo, cuyos compromisos financieros serán reducidos a más de la mitad, explicó un alto responsable del gobierno del presidente Barack Obama en una conferencia telefónica.
El Estado federal estadounidense aportará 30.100 millones de dólares y controlará el 60% de su capital. El Estado canadiense y la provincia de Ontario desembolsarán 9.500 millones de dólares y obtendrán el 12% de las acciones.
El fondo de retiro de los empleados de General Motors asumirá el 17,5% del paquete accionario. Otro 10% quedará en manos de los antiguos acreedores poseedores de obligaciones no garantizadas que hayan suscripto el plan de reestructura.
Los actuales accionistas del ex número uno mundial en la construcción de automóviles perderán la totalidad de su inversión. En una "ficha técnica" publicada por el gobierno de Obama, GM confirmó que de acuerdo a lo que estipula su plan de reestructura presentado en febrero, cerrará once fábricas y pondrá a otras tres en paro técnico.
Obama pronunciará un discurso el lunes sobre la reestructuración de la industria automotriz, en momentos en que se espera para ese mismo día una decisión del tribunal de quiebras de Nueva York sobre el recurso judicial presentado por el número tres estadounidense, Chrysler. El director general de General Motors, Fritz Henderson, anunció una conferencia de prensa en Nueva York.