HERMOSILLO.- Uno de los primeros entierros de los 38 niños que murieron el viernes en una guardería de Hermosillo, Sonora, al noroeste de México, se llevó a cabo esta tarde en un panteón de la localidad en medio de una tragedia para esta familia con dos hijas, de las cuales una murió y la otra se encuentra grave.
Al menos 38 niños fallecieron y 23 se encuentran hospitalizados, 15 de ellos en "extrema gravedad", a causa del incendió registrado en la tarde del viernes en la guardería ABC, en Hermosillo, capital del Sonora, según el último reporte oficial.
La capilla de la funeraria Juan Pablo II se encontraba la tarde del sábado repleta de familias que acudieron, con niños pequeños, a despedir a su compañerita de tres años que murió el viernes asfixiada en la guardería ABC.
Muñecos de peluche y arreglos florales de colores adornaron el pequeño ataúd blanco de Camila, que salió a las 14:00 horas hacia el panteón municipal, sin la compañía de su madre, una joven de 21 años que tuvo que viajar a la ciudad de Guadalajara, para estar con su otra hija de cuatro años.
"Mi hermana se fue a Guadalajara con su otra hija que esta muy grave y aquí estamos su papá y mis papás" para acompañarla, explicó el tío de Camila.
"Yo soy cristiano y dejo esto en la mano de Dios, pero yo si arremetería con la responsable de la guardería" que no cuidó que el lugar tuviera las mínima medidas de seguridad para albergar a los 142 niños que se encontraban ahí al momento de siniestro, agregó el joven, que no quiso revelar su nombre.
Según la última evaluación oficial de mayo pasado, el centro contaba "con todos los requisitos y precondiciones en materia de seguridad", afirmó Daniel Karam, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, instancia responsable de la mayoría de las guarderías públicas en México.
Pero en realidad, la guardería era un cobertizo con el techo de lámina, tan sólo tenía cinco pequeñas ventanas en la parte alta del muro y una salida.
Las escenas de padres buscando a sus hijos, temiendo que fuera suyo alguno de los bebés quemados y que difícilmente se podían identificar, se presentó más de una vez entre las víctimas.
Los padres de Paulina, una menor de tres años, recorrieron el viernes por la noche todos los hospitales de Hermosillo tratando de encontrarla, sin conseguirlo hasta la tarde del sábado cuando en la procuraduría del estado supieron que su hija había sido trasladada a Guadalajara.
"Había una confusión con otro papá que negaba a aceptar que era Paulina y no su hijo, pero del hospital de Guadalajara mandaron unas fotos por Internet y ya pudieron identificarla. Ahora los papás van directo al aeropuerto para viajar" hacia esa ciudad que se encuentra a una hora en avión, dijo a la AFP una familiar.
Seis menores fueron trasladados a Guadalajara, donde hay hospitales especializados en quemados, y un niño fue llevado a Sacramento, California, informaron autoridades mexicanas.
Los cuerpos de los menores habían sido entregados a sus familiares casi en su totalidad el sábado por la tarde y fueron trasladados a las cuatro funerarias que hay en Hermosillo. Los gastos de las exequias serán sufragados por las autoridades Federales, según informó Daniel Karam, director del Instituto Mexicano del Seguro Social.