SYDNEY.- El Gobierno de Nueva Zelanda se declaró este viernes incapaz de contener el avance de la gripe A (H1N1) y admitió temer que el número de infectados sea mucho más elevado que los 216 casos que ha confirmado hasta ahora.
Las autoridades sanitarias neozelandesas creen que esa cifra pueda superar los mil enfermos, aunque el virus sea débil para la mayoría.
El ministro de Sanidad, Tony Ryall, explicó que a partir de ahora se centrarán en ayudar a los pacientes que ya reciben tratamiento, de los que uno se halla en estado grave.
Ingresada en un centro médico de Wellington, la paciente es una mujer de 30 años que sufre obesidad extrema y problemas respiratorios que posiblemente hayan contribuido a empeorar los síntomas de influenza humana.
Australia, que esta semana superó los 2.000 casos del virus, anunció hace dos días que sólo los enfermos más aquejados tendrán acceso a tratamiento con el antiviral Tamiflu, mientras aquellos con síntomas leves deberán conformarse con la medicina habitual para los procesos gripales.
Las autoridades sanitarias australianas pretenden garantizar las existencias del fármaco ante el posible estallido de una epidemia nacional más grave que la actual.
