WASHINGTON.- El Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos admitió este viernes que probablemente alrededor de 26 civiles perecieron durante una serie de bombardeos lanzados sobre una zona del occidente de Afganistán a comienzos del mes pasado.
La institución indicó en un informe que las muertes ocurrieron durante una serie de tres incursiones realizadas por un bombardero B-1 sobre una zona en la que se encontraban miembros de las fuerzas talibán. Los ataques “fueron el medio apropiado de destruir una amenaza enemiga”, indicó.
El informe emitido tras una investigación del incidente señaló, sin embargo, que es imposible determinar con precisión el número exacto de muertes civiles y admitió que podría ser más alto.
"Esta investigación no descuenta la posibilidad de que hayan ocurrido más de 26 muertes civiles”, indicó.
Los ataques, que causaron tensiones entre Washington y Kabul por el número creciente de bajas civiles, se llevaron a cabo contra lo que las autoridades militares calificaron como “legítimos” blancos talibanes en la región.
Medios de prensa local, que citaron fuentes militares, indicaron esta semana que de un total de alrededor de 90 muertos, los civiles eran entre 20 y 35 y que el resto eran talibanes.
Sin embargo, las autoridades afganas aseguraron que en el ataque perecieron 140 civiles, lo que lo convertiría en el más cruento desde que se inició la ocupación del país encabezada por Estados Unidos en 2001.
Por otra parte, una organización de defensa de los derechos humanos en Afganistán afirmó que el total de muertes ascendió a 97 y que no más de dos eran talibanes.
Aun antes de difundirse el informe, el almirante Michael Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, admitió la responsabilidad estadounidense en la muerte de civiles en el oeste de Afganistán.
En una conversación con periodistas el jueves, Mullen dijo que quizás sea imposible establecer con certeza las bajas fatales civiles, pero rechazó las afirmaciones del gobierno afgano en el sentido de que fueron alrededor de 140.
"He mirado la investigación. Hay algunos cálculos. No creo que lleguemos a saber cuántos”, señaló.
Agregó que los ataques aéreos se realizaron sobre un complejo en el que se habían ocultado civiles y miembros de las fuerzas talibán.
Por otra parte, Mullen indicó que es poco probable que los militares involucrados en la operación sean castigados.
"En mi revisión (del incidente) no he visto nada que pudiera conducir a una acción específica” relativa a medidas disciplinarias, indicó.