BUENOS AIRES.- Unos 27,8 millones de argentinos están convocados mañana domingo a las urnas para renovar el Congreso, en unas elecciones de mitad de mandato clave en las que la presidenta peronista Cristina Fernández de Kirchner aspira a legitimar su gestión y mantener el control parlamentario.
En estos comicios se renovarán 129 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de los 72 escaños del Senado. También se elegirán legisladores provinciales, comunales y concejos escolares.
El oficialismo podría perder la mayoría propia en ambas cámaras del Congreso, según anticipan los sondeos, en estas elecciones que fueron adelantadas casi cuatro meses por iniciativa del gobierno y en las que un alto porcentaje de indecisos dotó de incertidumbre la campaña.
La atención está focalizada en la provincia de Buenos Aires, donde el ex presidente y esposo de la mandataria Néstor Kirchner le disputa palmo a palmo a Francisco de Narváez el triunfo en el principal distrito electoral con cerca del 38 por ciento del padrón nacional de votantes.
Kirchner se postula como candidato a diputado por el Frente Justicialista para la Victoria (FJPV, peronista), mientras que De Narváez, un millonario empresario que destinó parte de su fortuna a impulsar su carrera política, encabeza la lista de Unión-PRO, una alianza opositora que reúne a peronistas disidentes y el partido de centroderecha del jefe de gobierno porteño Mauricio Macri.
En tercer lugar se ubica el Acuerdo Cívico y Social (ACyS) opositor, que postula a Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín.
¿Reveses en las principales provincias?
Los analistas coinciden en que el kirchnerismo registrará un revés electoral en cuatro distritos clave, la capital federal y las provincias de Santa Fe, Córdoba y Mendoza, en los que "el conflicto con el sector agropecuario ha sido decisivo", según remarca el analista e historiador Rosendo Fraga.
En el resto de las provincias se estima que contará con el apoyo del peronismo y sus aliados, aunque en el recuento nacional podría perder un importante caudal de votos respecto al obtenido en las elecciones de 2007 que proclamaron a Fernández de Kirchner presidenta.
El kirchnerismo se encuentra desde hace seis años en el poder, tras el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y los dos años que lleva su esposa, en los que Argentina vivió una fuerte recuperación económica y social tras la crisis de 2001 y 2002.
Pero las condiciones económicas y políticas comenzaron a cambiar a partir del conflicto con el sector rural en marzo de 2008, a lo que se sumó la crisis económica internacional, que sin embargo no tuvo aún un fuerte impacto en el país.
La analista política Graciela R”mer sostiene que el matrimonio presidencial enfrenta un escenario inédito desde el inicio de su gestión, de crisis económica, su liderazgo debilitado con el peronismo dividido y una crisis de representación política.
"Estamos asistiendo al fin del ciclo prolífico del kirchnerismo", afirma por su parte el consultor Jorge Giacobbe.
La campaña electoral estuvo marcada además por las polémicas candidaturas "testimoniales" del FJPV, cuyo debate llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. Kirchner llamó a altos funcionarios, entre ellos el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el jefe del Gabinete nacional, Sergio Massa, a postularse al Congreso pese a que no está confirmado que dejen sus cargos para asumir las bancas en caso de un triunfo.
Esto se repitió en las comunas, donde intendentes (alcaldes) o sus familiares encabezan las listas de votación oficialistas con el objetivo de sumar votos.
La atención está puesta ahora en el día después. Los analistas estiman que podría haber un conflicto de interpretación de los resultados, en caso por ejemplo de un triunfo kirchnerista en Buenos Aires pero con un retroceso en promedio nacional, aunque su efecto sería a corto plazo porque la realidad se conocerá a partir del 10 de diciembre, cuando asuma la nueva composición del Congreso.
El "29-J" abrirá asimismo la carrera hacia la presidencia en 2011, en la que ya asoman desde el peronismo nombres como los del senador santafesino Carlos Reutemann y Scioli, mientras que en la oposición aparecen Macri, el gobernador santafesino Hermes Binner, la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió y Cobos.
Y podría dar paso a un debate en el seno del Partido Justicialista (PJ, peronista), que actualmente es presidido por Néstor Kirchner, sobre sus nuevos liderazgos.
Después de diciembre, el kirchnerismo continuará sin embargo como principal fuerza política en el país y no habrá un cambio dramático, pese a que deberá apelar al consenso para que sus iniciativas prosperen en el nuevo Congreso.