CIUDAD DE PANAMÁ.- El presidente hondureño, Manuel Zelaya, anunció hoy en Panamá que retornará este sábado a Honduras, con el apoyo solidario y unánime de los gobiernos de todo el mundo y el mandato expreso de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En una conferencia de prensa ofrecida a medios locales y extranjeros, Zelaya anunció que el regreso a Honduras se realizará con apego a un plan de la OEA, cuyos detalles prefirió mantener en reserva. Añadió que se han ofrecido a acompañarlo en esa misión los presidentes Cristina Fernández, de Argentina; y Rafael Correa, de Ecuador.
Zelaya instó a los militares golpistas a la reflexión y pidió que "rectifiquen", antes de que sea demasiado tarde para enfrentar la condena y el repudio mundial. El mandatario se describió a sí mismo como un hombre de paz, con vocación democrática, sin rencor ni temor, que jamás ha recurrido a las armas para imponer sus ideas a la población.
Sus declaraciones en la capital panameña se produjeron en un salón de un hotel en el que se mantuvo como observador el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, quien garantizó un respaldo incondicional al presidente constitucional de Honduras.
El pronunciamiento coincidió, además, con el anuncio del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, de que viajará este viernes a Honduras para continuar sus "gestiones diplomáticas" en busca de una solución a la crisis provocada por el golpe de Estado iniciado el domingo.
Zelaya dijo que el mundo entero, incluida la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y el Caribe, rechazaron el golpe de Estado que marca el retorno al militarismo en la región y genera violencia y censura mediática en ciudades como Tegucigalpa y San pedro Sula.
Debido a ello señaló que a partir del lunes responsabilizará a las potencias del mundo, por el destino de la democracia, amenazada por la "represión militar" y la "época del garrote" de las dictaduras.
En un mensaje directo a los golpistas, el mandatario recordó que el artículo tercero de la Constitución hondureña señala que "nadie debe obediencia a un gobierno que toma el poder por la fuerza y por las armas".
Por su parte, la canciller hondureña, Patricia Rodas, dijo que escapó del secuestro al que había sido sometida por elementos encapuchados fuertemente armados, que han desatado la violencia y el terror.
Rodas manifestó que su casa fue rodeada por francotiradores y elementos represivos, que actuaron contra figuras leales a Zelaya e instauraron un régimen de facto.
