KABUL.- Bombas y balas mataron hoy a siete soldados estadounidenses en Afganistán, el día más mortífero en casi un año para las fuerzas estadounidenses en ese país, y señal de que la guerra librada en los reductos del Talibán en el sur y el este podría extenderse hacia el norte.
El Talibán dijo en una página de Internet que mantenían cautivo a un soldado estadounidense que el mando militar declaró desaparecido y posiblemente en manos de insurgentes la semana pasada. La declaración no incluyó una prueba, tal como una foto o el nombre del soldado.
Los ataques ocurrieron mientras miles de soldados del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos continuaban su ofensiva masiva contra el Talibán en el sur, la mayor operación militar estadounidense desde la expulsión del Talibán del poder en 2001.
Las tropas estadounidenses recibieron recientemente directrices nuevas limitando el uso de ataques aéreos para minimizar la muerte de civiles afganos, lo cual amenazaba el apoyo local a la presencia de fuerzas extranjeras.
Cuatro soldados de Estados Unidos murieron cuando sus vehículos activaron desprevenidamente un artefacto explosivo colocado a la orilla del camino en la provincia de Kunduz, en el norte del país, dijo el suboficial naval Brian Naranjo, un vocero del Ejército estadounidense. Las víctimas estaban entrenando a fuerzas afganas, afirmó Naranjo.
En contraste con el oriente y sur del país, el norte de Afganistán está relativamente tranquilo. Sin embargo, las bombas a la orilla de los caminos y los ataques de otros insurgentes se han estado incrementando en los últimos años, conforme los milicianos aumentan sus operaciones.
En el sur, mientras tanto, otra explosión mató a dos soldados estadounidenses más, agregó Naranjo sin dar detalles del lugar exacto de la detonación. Otro soldado murió de sus heridas en un tiroteo con milicianos en el este, informó otro vocero.
Las muertes de los seis soldados ocurrieron mientras miles de infantes de Marina de Estados Unidos continuaban su mayor ofensiva contra el Talibán en la vecina provincia de Helmand, una fortaleza de los combatientes rebeldes y centro del vasto comercio afgano de drogas.
El Talibán ha realizado un regreso violento en los últimos tres años luego de haber perdido el poder tras la invasión encabezada por Estados Unidos en 2001. Los rebeldes tienen ahora un control efectivo de áreas grandes en el sur y oriente del país, socavando al gobierno de Afganistán.
Aproximadamente 500 infantes de marina de un grupo de 4.000 que participan en la ofensiva de la provincia de Helmand se movieron al área de Khan Neshin, afirmó hoy un comunicado de la corporación.
"Ésta es la primera vez que fuerzas de la coalición han tenido una presencia continua tan al sur en el valle del río Helmand. Khan Neshin fue una fortaleza del Talibán durante varios años antes de que llegaran fuerzas afganas y de la coalición y comenzarán las negociaciones con líderes locales hace varios días", agregó el comunicado.
Mientras tanto, un helicóptero de la OTAN hizo un aterrizaje de emergencia en la vecina provincia de Zabul y hubo heridos entre los ocupantes, dijo el capitán de corbeta Chris Hall, sin dar detalles. El incidente no fue causado por fuego insurgente, precisó.
El fin de semana, ataques de milicias mataron a tres soldados británicos en Helmand, la provincia en la que se desarrolla la ofensiva estadounidense.
No estaba claro si las bajas británicas estaba vinculadas a la ofensiva de los infantes de marina. Un total de 174 soldados británicos han muerto en Afganistán desde 2001, cuando las tropas estadounidenses lanzaron la invasión para derrocar al Talibán.