CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa nombró hoy al cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidente de "Ecclesia Dei", encargada de las relaciones con los "lefebvrianos", a la vez que ha reiterado que mientras no acepten el Concilio Vaticano II no tendrán un estatus en la Iglesia.
El Pontífice también nombró hoy, según informó el Vaticano, al prelado Guido Pozzo secretario de la Comisión Pontificia "Ecclesia Dei".
Junto a los nombramientos, el Vaticano hizo público el "Motu Propio" (documento papal) "Ecclesiae Unitatem", con el que Benedicto XVI ha decidido integrar a "Ecclesia Dei" en la Congregación para la Doctrina de la Fe y pone al frente de la misma a Levada.
"Teniendo en cuenta que los problemas que deben ser tratados con la Fraternidad (San Pío X, fundada por el fallecido arzobispo cismático francés Marcel Lefebvre) son de naturaleza esencialmente doctrinal, he decidido integrar de manera estrecha, 21 años después de su creación, a 'Ecclesia Dei' con la Congregación para la Doctrina de la Fe", escribió el Papa en el "Motu Propio".
En el documento, el Obispo de Roma recuerda cómo el 30 de junio de 1988 Lefebvre ordenó sin el permiso del Papa Juan Pablo II a cuatro obispos, lo que supuso su excomunión y la de los consagrados, y cómo en 1988 creó la comisión "Ecclesia Dei" "para facilitar la plena comunión" de todos los miembros de la fraternidad de San Pío X, es decir la vuelta al redil de la Iglesia de Roma.
Siguiendo las huellas de Juan Pablo II y con el objetivo de "superar las fracturas y divisiones en la Iglesia y sanar la herida", Benedicto XVI decidió -según explica- levantar a principios de este año la excomunión a los cuatro obispos tradicionalistas.
Levantada la excomunión quitaba -según señala- "un impedimento que podía perjudicar la apertura de una puerta al diálogo, e invitar a los obispos y a la Fraternidad a encontrar el camino de la plena unidad con la Iglesia".
"Pero las cuestiones doctrinales todavía permanecen y hasta que no sean clarificadas, la Fraternidad no tendrá un estatus canónico en la Iglesia y sus ministros no podrán ejercer de manera legítima ministerio alguno", precisó el Papa.
Benedicto XVI subraya en el "Motu Propio" que las causas que le llevaron a levantar las excomuniones -que produjeron una fuerte polémica ya que uno de los prelados negó el Holocausto- ya las explicó a los obispos de todo el mundo a los que envió una carta en marzo pasado.
En esa misiva, el Papa justificó la medida como un gesto de "misericordia" para evitar la radicalización de los tradicionalistas y reintegrarlos "en la medida de lo posible" en la Iglesia.
Benedicto XVI aseguró en aquella carta que la Fraternidad San Pío X tiene que aceptar antes el Concilio Vaticano II.
"No se puede congelar la autoridad magistral de la Iglesia al año 1962 (previo al Vaticano II)", escribió el Papa.
Levada sustituye al frente de "Ecclesia Die" al cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, al que muchos apuntan como el "culpable" de la "mala gestión" del caso de los lefebvrianos (levantar la excomunión a un obispo que en esos mismos días niega el Holocausto).
La buena voluntad del Vaticano hacia los lefebvrianos recibió el 29 de junio pasado un nuevo jarro de agua fría después de que los tradicionalistas ordenaran nueve nuevos sacerdotes, unas ordenaciones consideradas por la Santa Sede como "ilegítimas", al no tener todavía la Fraternidad su situación canónica resuelta.
La Fraternidad de San Pío X cuenta con cuatro obispos, cerca de medio millar de sacerdotes y más de 200.000 fieles repartidos por todo el mundo, especialmente en Suiza, Francia, Argentina, EE.UU., Alemania, Chile y Colombia.