L'AQUILA, ITALIA.- Los líderes del Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo (G8) coincidieron hoy, miércoles, en deplorar la violencia ocurrida tras las impugnadas elecciones del mes pasado en Irán, pero añadieron que siguen comprometidos con la búsqueda de una solución diplomática al controversial programa nuclear de ese país del Medio Oriente.
En una serie de declaraciones sobre amenazas a la seguridad global, el G-8 condenó "en los términos más enérgicos" los ensayos nucleares y de misiles balísticos de Corea del Norte, que ha desafiado las resoluciones de Naciones Unidas.
Además, instaron a Afganistán a garantizar elecciones "creíbles" el mes próximo.
El presidente francés Nicolas Sarkozy dijo que la declaración sobre Teherán, por parte de los líderes del G8, "muestra la unidad contra la situación". Pero los Gobernantes no llegaron a convocar a nuevas sanciones o a medidas más severas.
Estados Unidos consideró que la declaración fue firme, pese a que los líderes prefirieron hacer concesiones y no especificaron medidas potenciales contra Irán por su represión a las protestas postelectorales.
William Burns, subsecretario de Estado del Presidente estadounidense Barack Obama para asuntos políticos, dijo que la redacción acordada es "significativa, por el hecho de que los ocho miembros del grupo indicaron que tenían preocupaciones graves. Creo que es una declaración firme y refleja el sentimiento de que es un asunto urgente", añadió Burns.
Los líderes del G8 dedicaron una cena de trabajo para abordar asuntos de política exterior, e invitaron a la mesa al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, y al primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la Unión Europea.
Los líderes dijeron que seguían "seriamente preocupados" por la represión a las protestas en Irán tras los comicios del mes pasado, donde se proclamó victorioso el presidente Mahmud Ahmadinejad.
La declaración señaló que el grupo "deplora la violencia postelectoral, que llevó a la pérdida de vidas de civiles iraníes". Además, "condena las declaraciones del presidente Ahmadinejad, que negaron" la existencia de la matanza de judíos en los campos de concentración nazis.
Los líderes también elogiaron la disposición de Obama para involucrarse en conversaciones directas con Teherán.
"Sinceramente, esperamos que Irán aproveche esta oportunidad para permitir que la diplomacia encuentre una solución negociada al problema nuclear", agrega el documento.
Asimismo, la declaración critica las restricciones a la prensa y manifiesta apoyo a Gran Bretaña, cuyo personal de la embajada en Teherán fue detenido. Nueve empleados, todos de nacionalidad iraní, fueron detenidos, y uno no había sido liberado.