L'AQUILA.- Las esposas de los jefes de Estado y de Gobierno del G-8, entre ellas Michelle Obama y Sara Brown, recorrieron hoy los escombros de L'Aquila, la ciudad italiana devastada por el sismo de abril, donde avistaron una protesta de un grupo de mujeres siniestradas.
Las primeras damas, unas 12, visitaron el destrozado casco histórico de la ciudad, entre ellos el Palacio de Gobierno, parcialmente destruido por el sismo que dejó casi 300 muertos.
Acompañadas por las ministras italianas Mara Carfagna (Igualdad) y Maria Stella Gelmini (Educación), y vigiladas por un importante dispositivo de seguridad, las esposas de los mandatarios de las mayores economías mundiales saludaron a varios bomberos y pudieron observar los escombros de edificios y monumentos históricos, entre ellos la antigua iglesia de San Agostín, del Siglo XVIII, en la plaza del Duomo.
Vestida con un traje amarillo y verde, saco corto con manchas y los cabellos recogidos, la esposa del Presidente estadounidense siguió los pasos de su marido, Barack Obama, quien la víspera visitó la misma zona con el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi.
"Estoy conmovida por lo que veo, tanto mi marido como yo hemos quedado impresionados y vamos a hacer todo lo posible para ayudarlos", declaró Michelle Obama a sus anfitriones.
Según fuentes de la delegación que las acompañó, la Primera Dama de Estados Unidos, madre de dos niñas, preguntó por el número de menores que murieron por el sismo y por su estado psicológico, así como por los programas de atención ante un drama tan grave.
Michelle Obama pudo entrever la protesta pacífica organizada por una decena de mujeres pertenecientes a un movimiento de ciudadanos siniestrados, que cargaban pancartas con el lema "Las últimas damas".
"No se encierren en sus fortalezas, vean el sufrimiento, el temor y la incertidumbre de este pueblo que vive desde hace tres meses en condiciones difíciles", pidió ayer Stefania Pezzopane, presidenta de la región de Abruzos, donde se encuentra L'Aquila.
La reconstrucción de la ciudad es un asunto de primer orden en Italia y su retraso a noviembre ha suscitado indignación entre la población, que teme la llegada del invierno y recuerda los damnificados de otros sismos, como el de 1980 en Nápoles, que vivieron más de 30 años en caravanas (casas rodantes).
Mañana visitará la zona la ex modelo y cantante de origen italiano Carla Bruni, esposa del Presidente francés, Nicolas Sarkozy.
El terremoto del 6 de abril pasado dejó a unas 70.000 personas sin techo, de las cuales 24.000 aún residen en tiendas de campaña.