ROMA.- "Il Giornale", el periódico de la familia Berlusconi, criticó hoy la "grosería" de la esposa el Presidente francés, Carla Bruni-Sarkozy, por haberse desmarcado del programa oficial de las mujeres de los dirigentes participantes en la cumbre del G-8.
"La señora Sarkozy desertó, sin vergüenza, todos los encuentros, desde el organizado con el Papa hasta el llevado a cabo con las víctimas del sismo", que azotó L'Aquila (centro de Italia) el 6 de abril pasado, escribe el diario de la familia del Primer Ministro italiano.
"Alguien debería decirle a la 'première dame' (en francés en el texto original) que el esnobismo a la potencia X, entre nosotros se llama grosería", prosigue el periódico en referencia a la decisión de la cantante y ex modelo de desmarcase del programa oficial organizado para las esposas de los dirigentes presentes en la cumbre del G-8 en L'Aquila.
Carla Bruni-Sarkozy decidió viajar a Italia el jueves por la noche y, por lo tanto, no asistió al encuentro de varias esposas de los dirigentes del G-8 con el Papa Benedicto XVI, el miércoles.
La Primera Dama francesa tampoco participó en la visita colectiva que el mismo grupo realizó el jueves por la mañana a las víctimas de L'Aquila, donde el terremoto dejó 299 muertos, miles de heridos y decenas de miles de damnificados.
Bruni-Sarkozy ya había anunciado su intención de visitar a las víctimas de L'Aquila el viernes.
Durante su visita, anunció una donación de Francia de 3,2 millones de euros para la reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Santa María del Sufragio, en el centro de L'Aquila.
"Estoy muy contenta por poder anunciar que Francia se hará cargo de la mitad de las obras de reconstrucción de la cúpula", declaró la Primera Dama francesa.
La esposa de Nicolas Sarkozy precisó que, "por el momento, la evaluación de las obras es de 6,5 millones de euros. Francia donará 3,2 millones".
Nueve países anunciaron durante la cumbre del G-8 su participación en la reconstrucción de 45 monumentos dañados, para los que se necesita un presupuesto de unos 300 millones de euros.
Interrogada sobre los comentarios de "Il Giornale", Carla Bruni-Sarkozy explicó no haber "querido diferenciarse de las otras primeras damas".
"Sencillamente es que mi marido nunca me pide que asista a reuniones de trabajo, a las grandes cumbres internacionales", señaló.
También confesó no sentirse herida por los términos usados por el diario para criticarla.
"Oh no, nunca me hieren los comentarios de la prensa", antes de precisar que si los medios no comprenden su comportamiento, eso es algo "recíproco".
La prensa italiana, sobre todo de derecha, ha acusado a Carla Bruni-Sarkozy, que es de origen italiano, de haber intervenido contra la extradición exigida por Roma del ex terrorista de izquierda Cesare Battisti, refugiado en Brasil.
Pero Carla Bruni-Sarkozy negó repetidamente haber desempeñado un papel en la decisión de Brasil de conceder a Battisti el estatuto de refugiado político.
"Il Giornale" carga tintas contra la esposa de Sarkozy e ironiza sobre su "voz de terciopelo", si bien reconoce que "siempre ha estado muy atenta a la causa de los desheredados".
"Pero con el comportamiento (de Carla Bruni-Sarkozy en el G-8), incluso la caridad apesta. No apesta por el izquierdismo (de la Primera Dama); apesta en realidad de simple protagonismo", prosiguió el periódico.
Carla Bruni-Sarkozy "quizás sólo quería verdaderamente parecer la más buena de la cumbre y, en cambio, con sus actos, sigue siendo lo que es. Sólo la que está más buena", finaliza el diario en un juego de palabras entre "buona", que significa buena, y "bona", como familiarmente se dice de las mujeres guapas.
La esposa de Nicolas Sarkozy es embajadora del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.
En un artículo aparecido el miércoles en el diario británico "The Guardian", Carla Bruni-Sarkozy hizo un llamamiento a los líderes del G-8 para que no recorten sus ayudas a los programas sanitarios en África pese a la crisis.
Para cerrar su visita a Italia, Carla Bruni y Nicolas Sarkozy, estuvieron unas horas en Turín para visitar la tumba de la familia Bruni Tedeschi y el castillo donde la ex modelo pasó su infancia, y que según el diario "La Stampa", fue vendido hace un mes a un príncipe saudita por nueve millones de euros.