ACCRA.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confesó haber "vivido una experiencia emotiva" durante su visita al fuerte de Cape Coast, una de las varias edificaciones que los colonos utilizaban en Ghana para la trata de esclavos.
"Como afroamericano, este es un sitio que transmite mucha tristeza, pero también es el lugar donde comienza nuestra historia", afirmó Obama después de un viaje privado al fuerte acompañado por sus dos hijas, Malia y Sasha, su mujer, Michelle, y su suegra, Marian Robinson.
El gobernante estadounidense destacó que "la historia nos enseña que, no importa lo doloroso que pueda resultar, pero se debe luchar contra el mal que todavía existe en África y en el resto del mundo".
Según Obama, esta visita ha sido especialmente significativa para sus dos hijas, que están empezando a conocer la historia de sus antepasados y la opresión que sufrieron.
El Mandatario relató que uno de los detalles que más llamó su atención fue que uno de los calabozos donde se encerraba a los esclavos estaba situado justo debajo de una capilla.
Obama agradeció al Gobierno de Ghana sus esfuerzos para preservar este tipo de monumentos y elogió a los políticos que abolieron la esclavitud.
El Castillo de Cape Coast, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los enclaves turísticos que causan más impresión a los visitantes, en especial a los negros americanos, descendientes la mayoría de aquellos esclavos.
La edificación de este fuerte data de 1653 y fue construido por la Compañía Africana Suiza para el comercio de madera y oro.
Posteriormente, tras varias guerras, fue ocupado por diversas naciones imperialistas y utilizado, en última instancia, como un fuerte donde retenían a los esclavos que luego serían trasladados a América.
Horas antes de su visita al fuerte de Cape Coast, Obama pronunció un discurso ante los parlamentarios ghaneses en el que subrayó "el papel fundamental de África en un mundo interconectado".