ASUNCIÓN.- En la apertura de la XXXVII cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, el Presidente paraguayo, Fernando Lugo, defendió al depuesto Mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, y afirmó que ese país "es una herida que sangra en la democracia regional".
"Este semestre ha sido un período difícil en lo económico para nuestros pueblos y en esta dura etapa fuimos sorprendidos por un hecho que creíamos enterrado: el golpe de Estado que derribó el Gobierno constitucional de Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado", expresó Lugo.
En su alocución ante los gobernantes de Argentina, Brasil y Uruguay (los demás miembros plenos del bloque) y de los Estados asociados de Bolivia y Chile, instó a que "nunca en territorio de América surja una dictadura que provoque el silencio de la voz".
En su informe sobre la gestión de la presidencia semestral paraguaya, Lugo recordó el pronunciamiento colectivo que hizo el Mercosur "el mismo domingo del golpe" y advirtió que ese hecho "demostró cuán frágil es la democracia en América Latina".
Además, mencionó el viaje que realizó en esos días a Washington para participar en la asamblea extraordinaria convocada por la OEA, para analizar la crisis en Honduras junto a los gobernantes de Argentina y Ecuador.
"Ese golpe no servirá de precedente y no quedará impune en la comunidad regional", enfatizó Lugo, quien también destacó el hallazgo, ayer en un cuartel policial de las afueras de Asunción, de restos óseos que podrían pertenecer a víctimas de la pasada dictadura.
"Ayer, mientras conversábamos con (Michelle) Bachelet se hallaron evidencias de lo que podría ser uno de los cementerios clandestinos durante la dictadura" de Alfredo Stroessner (1954-1989), indicó el jefe de Estado.
Lugo destacó además algunos avances en el mecanismo suramericano de integración, pero lamentó la falta de avances en varios temas que integran los objetivos fundacionales, como la eliminación del doble cobro del arancel externo común y la distribución de la renta aduanera.