JERUSALÉN.- El depósito de armas que explotó recientemente en el sur de Líbano pertenece al movimientochiita libanés Hezbolá, que lo mantenía "activo", en violación de la resolución 1701, indicó la ONU en un informe.
En este informe, el jefe de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Alain Le Roy, califica la explosión ocurrida el 14 de julio en Khirbet Selm, en una zona considerada bastión de Hezbolá, de "seria violación" de la resolución 1701 que puso fin a la guerra del verano 2006 entre Israel y el movimiento chiita.
Esta resolución exige el estricto respecto de un embargo sobre las armas destinadas a las milicias libanesas o extranjeras presentes en Líbano y estipula que ninguna fuerza que no sea el gobierno libanés puede poseer armas.
"Una serie de elementos sugieren que el depósito pertenecía a Hezbolá y, contrariamente a otros descubrimientos de armas y municiones anteriores por parte de la FINUL (Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano) y de las fuerzas armadas libanesas, que no estaba abandonado sino más bien que se mantenía activo", añadió Le Roy en este informe presentado el jueves ante el Consejo de Seguridad durante una reunión a puerta cerrada.
Un equipo de la ONU encargado de investigar la explosión de municiones depositadas en una vivienda abandonada no pudo hacer su trabajo, señala de nuevo el informe. "Algunos de los individuos presentes en el lugar el 15 de julio cuando la FINUL fue disuadida de entrar han sido identificados como pertenecientes a Hezbolá", añade el jefe de operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU.
"Las actividades de estos individuos parecían tener como objetivo hacer desaparecer las pruebas", añade.
"Al menos un vehículo fue visto cargando cartones en el lugar de la explosión antes de abandonar el lugar". Catorce soldados de la FINUL resultaron levemente heridos unos días después por manifestantes contrarios a la apertura de una investigación sobre la explosión.
Según Le Roy, entre las armas almacenadas en la casa se encuentran municiones ligeras y cohetes similares a los miles de proyectiles disparados contra el territorio israelí durante la guerra.
Había "morteros, AK-47, obuses de artillería de calibre diverso, cohetes de 122 mm provenientes de diversos países. Las armas y municiones se remontaban a los años 70 y 90 y parecían estar en buen estado", agrega el informe, que desmiente, sin embargo, las afirmaciones israelíes según las cuales las armas fueron infiltradas en Líbano después de 2006.
"No existe ninguna prueba que sugiera" que hayan "sido introducidas utilizando el contrabando en las zonas de operaciones de la FINUL desde la adopción de la resolución 1701", indica el informe.