QUITO.- El ex presidente y cabeza visible de la oposición en Ecuador, Lucio Gutiérrez rechazó hoy la acusación de que prepara, supuestamente, un complot contra el actual mandatario, Rafael Correa, y aseguró que esa denuncia demuestra una aparente debilidad del oficialismo.
"Me han acusado de formar parte de un complot para, dizqué (supuestamente), asesinar a Rafael Correa", dijo en tono irónico Gutiérrez en declaraciones al canal Uno de televisión, en las que volvió a polemizar con el jefe del Estado.
"Ya les dije lo que aprendí en el Ejército, en los 28 años de vida militar, que no se debe gastar pólvora en gallinazos y peor si es gallineta (la hembra del zopilote)", añadió Gutiérrez, que lidera el Partido Sociedad Patriótica (PSP).
"Al señor Correa, yo creo, que poco a poco se le va acabando la munición y el pueblo ecuatoriano se va dando cuenta que este Gobierno nos ha engañado", apostilló el líder opositor, que perdió ante Correa en los comicios presidenciales de abril pasado.
Gutiérrez hizo esas declaraciones un día después de que Correa lo criticara duramente y afirmara de que grupos poderosos del país pretenden posicionarlo como el máximo líder de la oposición.
Correa, que frecuentemente ha mantenido choques verbales con el ex gobernante, dijo en su habitual informe sabatino que si Gutiérrez es posicionado como el máximo opositor, no sería mayor problema, por considerar que su contrincante es políticamente débil.
"Hay toda una campaña para promocionar a Gutiérrez (...) como el gran opositor... ¡El favor que nos hacen!", dijo Correa tras asegurar que su rival es, políticamente, "tan limitado, tan pobre (en conocimiento), tan inescrupuloso, tan bobo".
El jefe del Estado también advirtió de una supuesta "arremetida" mediática contra su Gobierno, como parte de una estrategia internacional contra regímenes progresistas del continente.
Según Correa, esa estrategia habría sido aplicada en el golpe de Estado en Honduras, contra el depuesto presidente, Manuel Zelaya, y dijo que ese plan podría continuar en su país.
El mandatario ecuatoriano dijo que tiene informes que hacen sospechar de que después del golpe contra Zelaya, "el próximo" sea contra él, por "ciertas condiciones" del país. "En todo caso -señaló-, hay una arremetida externa para desprestigiar al Gobierno y una arremetida interna también, (porque) la agresividad de los medios de comunicación en los últimos días ha sido terrible".