Lieberman convocó hoy a una conferencia de prensa con carácter urgente.
AFPTEL AVIV.- El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, anunció hoy que está dispuesto a renunciar a su cargo si la fiscalía general del Estado presenta cargos formales en su contra por fraude, soborno y obstrucción a la justicia, pero afirmó estar seguro de que "seguirá al frente del Ministerio dentro de dos años".
"Si el fiscal general decide imputarme, no hay duda de que en ese momento dimitiré", dijo Lieberman, líder del partido Yisrael Beitenu (Nuestra Casa Israel), en una conferencia de prensa de carácter urgente en la que recordó que todavía debería celebrarse una audiencia con la fiscalía general y esperar después su decisión.
Lieberman se atrevió a pronosticar sin embargo que "dentro de uno o dos años seguiré siendo líder del partido y ministro de Exteriores", e incluso que ganaría las próximas elecciones.
Después de una investigación que ha durado más de diez años, una de las más largas de la historia de Israel, la policía israelí recomendó ayer a la fiscalía la imputación del ministro por fraude, soborno, abuso de testigos y obstrucción a la justicia.
Según la policía, Lieberman podría haber embolsado 10 millones de shekels (1,86 millones de euros y 2,67 millones de dólares) a través de la creación de empresas en Chipre con ayuda de asociados y a través de una falsa consultora fundada con el nombre de su hija Mijal cuando ella cumplió los 21, utilizadas todas ellas para blanquear dinero.
La investigación sostiene además que Lieberman fue sobornado por un hombre de negocios extranjero cuando era diputado en la Knesset -el Parlamento israelí- atentando contra la ley que prohíbe a los legisladores aceptar pagos aparte de su salario como parlamentario.
Tras conocer el resultado de la investigación, la oficina del ministro emitió un comunicado en que negaba las acusaciones, y hablaba de una "campaña" emprendida por la policía "hace más de 13 años" contra el ministro y su partido.
"A medida que hemos ido ganando poder político no han hecho más que multiplicarse los esfuerzos por expulsarnos de la escena pública", afirmaba Lieberman en el comunicado, añadiendo que "la investigación no se hubiese alargado tanto" si estuviese basada en hechos demostrables.
Tras las críticas emitidas ayer, Lieberman se mostró hoy satisfecho por el fin de la investigación y afirmó estar tranquilo ante la inminente decisión del fiscal general, Menahem Mazuz, que anunciará en las próximas semanas si presenta cargos formales contra él.
"Estoy satisfecho con lo que hice y si tuviera que hacerlo de nuevo lo haría exactamente de la misma manera", dijo Lieberman. "Estoy en paz con mi comportamiento", añadió.
El conjunto de acusaciones podría sumar una pena de hasta 30 años de cárcel para Lieberman, que ha sido investigado en varias ocasiones desde que en 1996 fue nombrado director general de la oficina del Primer Ministro y ha conseguido escapar de la presentación formal de cargos en todas las ocasiones.
Nacido en Moldavia hace 50 años y convertido en la cara más popular de la ultraderecha israelí, Lieberman afirmó hoy que abandonará su puesto como secretario general de Yisrael Beitenu así como su escaño en la Knesset -el Parlamento israelí- en un plazo de entre tres y cinco meses en caso de ser acusado por la fiscalía.
La salida del gobierno del mayor socio de Benjamin Netanyahu, Primer Ministro israelí y líder del partido Likud, obligaría a buscar una nueva composición de gobierno.
Según afirmaba hoy la prensa local, Daniel Ayalon, viceministro de Exteriores, podría ser el candidato a ocupar su puesto.