TEHERÁN.- Un responsable de los servicios de seguridad iraní confirmó hoy la detención de tres estadounidenses cerca de la frontera con el Kurdistán iraquí, por haber entrado "ilegalmente" en el país e indicó que estaban siendo interrogados.
Este anuncio se produce en momentos en que Estados Unidos intenta aumentar la presión sobre Teherán en el tema nuclear y que Irán acusa a Occidente de ser "cómplice de crímenes" en las manifestaciones posteriores a la contestada reelección del Presidente Mahmoud Ahmadinejad, en los comicios del 12 de junio pasado.
"Estas tres personas, cuya identidad todavía no se conoce, fueron detenidas cerca de la frontera, en Malaj Jor, cerca de la ciudad de Marivan" (noroeste), declaró a la agencia iraní FARS el vicegobernador de la provincia de Kordestán, encargado de la seguridad.
"Quien trate de entrar ilegalmente en el país desde las fronteras de (la provincia del) Kordestán, es detenido", agregó.
Medios estadounidenses identificaron a las tres personas que estaban haciendo una caminata por la región del Kurdistán iraquí, cercana a Irán, como Shane Bauer, Sara Shourd y Joshua Fattal, todos de unos 20 años.
Ayer, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, pidió a Irán que dé noticias de los tres estadounidenses y permitir su regreso "lo más rápido" posible.
Hassanzadeh indicó al canal público iraní en lengua árabe Al Alam que los tres fueron detenidos "hace cuatro días" y que estaban "siendo interrogados".
Un alto responsable de los guardafronteras de la región autónoma del Kurdistán iraquí, indicó el viernes la detención en Irán de tres estadounidenses "con mochilas", luego de que atravesaran la frontera procedentes del Kurdistán iraquí.
El sábado, el responsable de prensa de la Seguridad General del Kurdistán iraquí, Bechro Ahmad, dijo que los tres estadounidenses estaban en un hotel en la estación turística de Ahmad Awa, 95 kilómetros al noreste de Sulemainiye, en una zona donde la frontera con Irán está mal definida.
La tensión entre Irán y Estados Unidos se reavivó en los últimos meses pese a los gestos del Presidente estadounidense, Barack Obama, hacia Teherán, debido a su polémico programa nuclear, y tras la reelección de Ahmadinejad.