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Muerte de "Ted" Kennedy marca fin de una era en la política de EE.UU.

El senador habría cumplido 50 años en el Congreso el 2012.

26 de Agosto de 2009 | 05:48 | DPA

WASHINGTON.- La mayor causa de su vida fue una cobertura de salud de calidad que fuera un derecho y no un privilegio, para todos, según escribió Edward Moore Kennedy en julio en la revista "Newsweek".


Con todas las fuerzas que le dejaba su enfermedad, apoyaba los planes del presidente Barack Obama, pero ya no podrá ver el resultado, porque Kennedy murió a los 77 años el martes por la noche tras una larga enfermedad.


En 2012 habría celebrado medio siglo en el Senado de Washington, pero incluso sin esta "coronación", "Teddy" Kennedy deja un hueco profundo en la vida política de Washington, y no sólo allí.


Con el senador se va un hombre que influyó con su trabajo "prácticamente en la vida de todo estadounidense", como escribió en 2006 la revista "Time". Murió también el último de tres hermanos de gran talento político que forman parte de la historia reciente de Estados Unidos, el último hijo influyente y carismático de un clan fascinante, lo que constituye el fin de una era.


Fue una vida política marcada por el triunfo y las derrotas, la muerte y la tragedia, los excesos y un espíritu incansable de lucha. Todo ello mucho antes de la llegada del tumor cerebral que acabó con su vida.


Como socialdemócrata, Kennedy fue criticado por sus adversarios políticos, temido por su enorme influencia en Washington, y admirado por sus amigos como antorcha del liberalismo. Todos le manifestaban en cualquier caso gran respeto.


Muchos piensan incluso que Ted Kennedy tenía mayor talento político que sus hermanos asesinados en 1963 y 1968, el presidente John F. Kennedy y el senador Robert Kennedy.


Sobre todo en los primeros años de su carrera sintió la presión de las expectativas generales para que siguiera sus pasos y se presentara a la Presidencia. El inicio de su carrera se debió a su apellido: La banca vacante en el Senado por la elección de John como presidente fue reservada, por decirlo así, para su hermano hasta que pudo presentarse en 1962. Desde entonces fue reelegido siete veces.


Nacido el 22 de febrero de 1932 como hijo menor de los nueve del influyente político católico Joseph Kennedy y su mujer Rose en Brookline (Massachusetts), comenzó a implicarse en política como asistente de John en la campaña por el oeste de Estados Unidos.


Tras comenzar como senador, las graves heridas que sufrió en un accidente de avión en 1964 lo obligaron a una pausa de seis meses. Sus experiencias de entonces, según relató más tarde, sentaron las bases de su incansable lucha por la reforma del sistema sanitario.


Con los años creció la influencia de Kennedy en Washington, pero también su fama de "vividor", de don juán y amigo del alcohol, que lo acompañó gran parte de su vida.


En 1969 se produjo un escándalo que acabó con sus aspiraciones a la Casa Blanca. Tras abandonar una fiesta con una mujer que no era su esposa, Kennedy perdió el control de su auto, que se salió de un puente y cayó al río. Kennedy salió ileso pero la mujer se ahogó.


El dirigente aseguró que nadó para encontrarla, pero después se fue del lugar y de forma sorprendente pasaron 10 horas hasta que informó del hecho a la policía. Por ello fue condenado por abandonar el lugar de un accidente a dos meses de cárcel en suspenso.


Pese a todo, desafió en su partido en 1980 a Jimmy Carter para ser jefe de Estado, pero perdió. Su discurso de entonces con la apasionada frase de "el trabajo sigue, la esperanza vive, y el sueño nunca morirá", está considerado uno de los más brillantes de su carrera junto al que pronunció tras el asesinato de su hermano Robert en 1968.


Su vida privada se estabilizó con su segundo matrimonio en 1992, y a nivel político siempre mantuvo alta la bandera del liberalismo. Más de 300 de sus iniciativas en el Congreso se convirtieron en leyes, muchas de ellas a favor de los más débiles.


Desde el principio fue un decisivo adversario de la guerra de Irak, que definió como "el Vietnam de George W. Bush", y con su decisiva oposición hizo fracasar el nombramiento de un candidato a la Corte Suprema del país que creía racista.


Pero el "León del Senado", como se lo apodaba, también era considerado una persona que tendía puentes, dispuesto a colaborar con los republicanos cuando se trataba de leyes importantes. Así, "Time" lo incluyó en 2006 en la lista de los "diez mejores senadores" de la historia del país.

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