ROMA.- La visita del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el próximo domingo a Trípoli para asistir al aniversario del tratado de 2008, que puso fin al contencioso ente ambos países, ha abierto una nueva fractura en la política de Italia que abre páginas en los diarios italianos.
La visita se celebra en el marco de una gran fiesta con motivo del 40 aniversario de la "Revolución Libia" de 1969 marcada por el acceso al poder de Muamar al Gadafi.
El Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el de Rusia, Dimitri Medvedev, y su primer ministro, Vladímir Putin, han declinado su asistencia por "motivos de agenda" a la conmemoración a pesar de haber sido invitados a una fiesta que, según el diario La Stampa", se perfila como de las "Mil y Una Noches".
No se excluye la presencia del terrorista Abdelbaset Ali al-Megrahi, culpable del atentado de 1988, cuando un avión de la compañía estadounidense Pan Am, con ruta Londres-Nueva York, explotara en pleno vuelo sobre la localidad escocesa de Lockerbie con la muerte de 270 personas.
Sin embargo, Berlusconi sólo participará el domingo en el llamado "Día Italiano" y pondrá la primera piedra de una autopista financiada por Roma como indemnización de Italia por los daños infringidos a Libia, cuando en 1912 el país se convirtió en colonia italiana y en 1939 en territorio nacional del estado italiano.
Ese día, el cielo de Trípoli será surcado por los "Flechas", aviones italianos que dibujarán la bandera italiana tricolor y sonará la banda de música de la Brigada Sassari.
Las protestas en Italia no se han hecho esperar. El demócrata cristiano Maurizio Ronconi ha calificado de "inaceptable y vergonzosa esta participación. Hay que preguntarse qué hacemos con un dictador como Gadafi", en declaraciones a "la Stampa".
La presencia de las "Flechas", aviones italianos, ha causado estupor porque "no pueden exhibirse ante quien no respeta los derechos humanos", ha agregado el secretario general de los democristianos, Lorenzo Cesa, quien ha añadido que "Berlusconi será el único líder occidental presente en Trípoli".
El líder de la Italia de los Valores (IDV), Antonio Di Pietro, ha pedido incluso la intervención del presidente de Italia, Giurogio Napolitano, para que "haga recobrar la cordura a la mente económica desviada de Berlusconi que lleva adelante los intereses de algunos grupos económico-financieros cercanos a él".
Por otro lado, para el presidente de la Comisión de Exteriores del Senado, líder de los liberal-democráticos, Lamberto Dini, Gadafi es "un socio estratégico y como dice Andreotti (ex primer ministro), las relaciones entre dos países no se juzgan por un solo episodio, sino sobre un largo periodo", según ha dicho al Corriere della Sera.
Además -ha recordado- los resultados de las nuevas las relaciones entre los dos países son apreciables como el bloqueo de las embarcaciones clandestinas que partían de las costa libias y por las cuantiosas exportaciones italianas a Libia.