ROMA.- La relación entre el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el Vaticano sufrió un nuevo revés tras la publicación en el periódico "Il Giornale," propiedad de la familia del mandatario, de un editorial que atacaba a Dino Boffo director del diario de los obispos "Avvenire".
El artículo provocó la reacción de la Conferencia Episcopal italiana (CEI), propietaria de "Avvenire", que ratificó su confianza en Boffo, y del que Berlusconi se apresuró a desmarcarse ante la polémica suscitada, informaron hoy los medios locales.
El editorial firmado por el director de "Il Giornale", Vittorio Feltri, hablaba de un supuesto proceso judicial a Bolfo por acoso sexual a una mujer y se criticaba, además, que desde las páginas de "Avvenire" se juzgara a Berlusconi por los últimos escándalos de carácter sexual en los que se ha visto envuelto.
Berlusconi se distanció de la información publicada en "Il Giornale" y manifestó, a través de un comunicado, que "el principio del respeto de la vida privada es sagrado y debe valer siempre y para todos".
Berlusconi, cuyo abogado, Nicolò Ghedini, anunció ayer su intención de demandar a diversos medios de comunicación europeos, señaló: "he reaccionado con determinación a lo que en estos meses hecho en mi contra usando fantasiosos cotilleos relativos a mi vida privada presentada de una forma artificiosa y carente de verdad".
Por esas mismas razones, "no puedo compartir lo que publica' Il Giornale'", concluyó.
Los medios italianos apuntaron además que este caso podría estar detrás de la cancelación, ayer, del viaje de Berlusconi a la fiesta religiosa de la "Perdonanza" (Perdón), en la que se otorga a los fieles una indulgencia plenaria especial, que se celebró en la localidad de L'Aquila.
Una cancelación hecha pública por la sala de prensa vaticana, que en un comunicado anunciaba que se había suspendido la cena en la que estaba previsto que participaran Berlusconi y el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone.
La justificación que se dio a la cancelación del viaje desde la sala de prensa del Vaticano fue que Berlusconi quería evitar "instrumentalizaciones".