Barack Obama durante su discurso en Minnesota que se centró en el nuevo plan de salud.
AFP
WASHINGTON.- Un enérgico presidente Barack Obama enfrentó hoy las críticas a su programa de reforma de la salud, advirtiendo que cualquier estadounidense puede perder su cobertura médica si se mantiene el sistema actual.
En un discurso ante 15.000 personas en Minneapolis, Minnesota, y frente a las cámaras de televisión, Obama concentró su mensaje en la clase media que desde hace semanas asiste al aluvión de críticas de la oposición a la reforma.
Obama citó nuevos datos del departamento del Tesoro que muestran que cerca de la mitad de los estadounidenses menores de 65 años perderán en algún grado su cobertura médica en los próximos 10 años, de los cuales más de un tercio se quedará sin seguro en el plazo de un año.
"No se trata de gente pobre, es gente de la clase media estadounidense", advirtió. "En otras palabras, le puede pasar a cualquiera", agregó.
Enfrentado a feroces ataques de la oposición, Obama ha redoblado sus esfuerzos para la aprobación en noviembre del mayor cambio del sistema de salud estadounidense en décadas.
En su programa semanal de radio el sábado, el presidente estadounidense urgió a los legisladores a actuar sin demora. "Hemos mantenido un debate prolongado e importante, pero ahora es la hora de la acción", dijo el mandatario, "porque cada día que esperamos, más estadounidenses perderán su seguro de salud, sus negocios y sus hogares, pero también los sueños por los que han luchado y la paz de espíritu que merecen", afirmó.
El presidente quiere que el Congreso apruebe sus propuestas de reforma del sistema de salud antes de fin de año, para cumplir una de las promesas clave de su campaña: dotar de atención sanitaria a los 47 millones de estadounidenses, alrededor del 15% de la población, que no tienen ninguna cobertura médica.
Obama aboga por una opción de seguro estatal como elemento clave de su plan, pero sus propuestas han sido duramente criticadas por los republicanos. El presidente también confía en recortar a la mitad los gastos de salud que, si no son contenidos, consumirían hasta la quinta parte del producto interno bruto (PIB) en 2013, según previsiones de especialistas.
Pero Obama ha tropezado con la resistencia no sólo de los republicanos sino también de algunos miembros de su propio partido, preocupados por el costo de la reforma.
Al hablar el miércoles en una inusual sesión conjunta del Congreso, Obama pidió acción para ahora mismo, alegando que el sistema de salud del país ha quedado reducido al límite.